22 de noviembre de 2011

EL ROJILLO

De todas las historias que pueblan el anecdotario de una jornada electoral este año me quedo con le de Lamberto, el rojillo. Este hombre, de 96 años, se empeñó en ir a votar. Izquierdista de toda la vida y sobreviviente de la Batalla del Ebro, estaba especialmente preocupado por la más que posible mayoría absoluta de Rajoy. Según han dicho sus hijas, más conservadoras, recelaba, con una lucidez asombrosa, de la ambigüedad del gallego para explicar su programa. Llegó acompañada de sus hijas al centro cultural madrileño donde debía depositar su apoyo a Rubalcaba, después se aseguró de llevarse de nuevo su documento nacional de identidad, y a la salida del propio centro su cuerpo y su corazón se rindieron. Dicen que morirse es un acto involuntario, pero tal vez seguir vivo, aunque sea unos minutos, sí pueda ser cuestión de voluntad. Quien sabe con quien negoció Lamberto una pequeña prorroga que le permitiera votar una última vez antes de abandonarnos. Mi primera tentación es sentir rabia, rabia por un sistema que no está a la altura de los votantes, de un candidato que jamás podrá responder a la bravura de muchos de sus votantes. Pero después pienso en ellos, en los que lucharon para que mis hijos me pudieran acompañar con toda la normalidad del mundo a un colegio electoral, y creo que quienes no estamos a la altura somos nosotros, que nos dejamos nigunear. La democracia no es la mala de la película, son sus ejecutores. Y nosotros, más de lo que nos creemos, tenemos herramientas para desahuciarlos. Basta, como Lamberto, creernos que podemos hacerlo, al menos una única vez.

1 comentario:

Dafne dijo...

Me ha encantado el post,escuché la noticia de que había muerto un anciano tras votar.Hoy te leo ,veo su edad, que estuvo en la batalla del Ebro y me ha recordado a mi abuelo, que murió hace 4 años,de edad similar y tambíen sobreviviente de aquella batalla y rojillo...y sabes... en momentos de decepción como estos pienso en lo que el decía...que había costado mucho tener el derecho de opinar ...pienso en como vivía él de festivo el día de elecciones...y eso que realmente un día de elección es un día importante...aunque sepamos como el rojillo, que el resultado no nos uste nada,,,NADA.