3 de mayo de 2024

 ESCONDER LA VERDAD O MENTIR: 

Ayer tuvimos una interesante charla con buenos amigos. No comulgamos en lo ideológico, pero sí en lo fundamental, así que es muy agradable no coincidir. El caso es que estábamos todos de acuerdo en algo muy simple que define los tiempos en los que vivimos. Yo puse un ejemplo que consensuó el resto. Hace unas décadas, cuando empecé a comprar el periódico diariamente, las noticias se contaban desde el prisma ideológico de cada medio, y la verdad se escondía o se disfrazaba en función de ese sesgo. Por ejemplo, se hubiera dicho en un medio que Sánchez pactaba con los independentistas para lograr un consenso nacional y en otro medio que Sánchez se arrodillaba ante los independentistas para aferrarse en el poder. Las dos noticias hubieran sido verdaderas, porque partirían de una realidad incuestionable. En cambio, ahora, un medio puede decir que Sánchez usó el falcón para viajar a Bruselas y reunirse en secreto con Puigdemont para ofrecerle un regreso a casa sin paso por el juzgado, y aun siendo mentira, y sabiéndolo el medio, calaría, la gente lo creería, y cuando supieran que no era verdad, el que lo supiera, dirían algo así como, bueno, bueno, no habrá ido pero otras cosas habrá hecho, menudo es. Y el medio que ha sacado la mentira a la luz no tendría consecuencias a nivel penal ni tan siquiera comercial, porque sus ventas no bajarían, más al contario. Esa falta de compromiso con la verdad, más allá de su interpretación siempre subjetiva, es lo que no vemos en la gran mayoría de los medios de comunicación hoy. Y eso siempre es muy peligroso. 





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