FUNÁMBULO
Deambulo sobre el filo de un alambre
mordaz como cuchilla de afeitar
y atado en sus extremos a la nada.
De cuando en cuando hago piruetas, salto,
tratando de olvidar que mis pies sangran
como un toro de lidia que ya espera
tan sólo la piedad del descabello.
Aquí,
sobre este abismo,
no hay huellas ni horizontes.
Tampoco un breve instante de descanso:
es necesario mantenerse en pie,
luchar por no perder el equilibrio
-abajo aguardan fieras espantosas-,
a la espera de un rayo que calcine
y mude en humo inerte el alma muerta.
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