22 de febrero de 2012

IDEOBURGUÉS

Llevo tiempo intentando encontrar una definición de lo que soy. De lo que he terminado siendo. Ceo que soy un pequeño ideoburgués hipotecado. A cambio de una hipoteca hube de entregar parte de mi capacidad crítica, la que lleva implícita los actos más reivindicativos, cambié luchar activamente por cambiar las cosas por sentarme en casa a hacer cuentas para llegar a fin de mes. No es excusa, es símplemente una explicación. Mi viejo yo me ha puesto una demanda y este es mi alegato final antes de la resolución. Ahora tengo mi blog para dejar un pedacito de mi inconformismo, pero, ¿qué queréis que os diga? llamar inconformismo a una silla y unas teclas es ser demasiado generoso. Porque como dice econocrit, si no soy parte de la solución soy parte del problema. Así que poco me queda más allá de educar a mis hijos como buenas personas y alimentar ciégamente su espíritu crítico, su capacidad para detectar las injusticias y poner los pies en la calle, si es necesario, para luchar contra ellas. Quizás ellos tenga la suerte de no tener que entregar su ideología ni hipotecar su futuro. También, a lo visto en Valencia, y antes en otros muchos sitios, tendré que enseñerarles que si bien los antidisturbios dicen que son los buenos y no el enemigo, por si acaso, si los ven mejor correr y correr. Porque ¿para qué sirven las respuestas y las explicaciones a quien no hace preguntas? Una porra no se para con palabras. Quien lo siga diciendo será un mentiroso y quien lo siga pensando un ingenuo.
También me queda una esperanza. Algún día mis hijos volarán, la hipoteca será un recuerdo y entonces Don Erre que Erre a mi lado será una hermanita de la caridad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Al menos pueden seguir llegando inmigrantes a este pais, aunque solo sea por el apoyo que nos das para seguir llegando, gracias amigo, gracias.

Anónimo dijo...

Seguiremos llegando grasias hermano por fasilitarnos el camino. yo ya estoi en madrid, y e venido para quedarme