Mar-athon
“Recuerde el alma dormida”
Jorge Manrique
siempre fue –por decirlo de algún modo-
un animal de fondo
y conste que con este apelativo
no quiero referirme
–pese a estar abocado
a ocultarse en el fango-
a que fuese una suerte de lenguado
estático a la espera de su presa
era más bien como Filípides
malherido avanzando sobre abrojos
aunque hubiese olvidado hacía tanto
cualquier buena noticia por mensaje
así como –tropiezo tras tropiezo
cayendo levantándose cayendo-
su lóbrego y estólido destino
de exánime animal –canto rodado-
de opaco fango y fondo
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