Si es importante llamar a las cosas por su nombre mucho más lo es llamar a las personas. Lo aprendí en mis largos veranos de vigilante del charco. No era lo mismo decir "eh, niño, no te tires con camiseta" que "Ramón, no te tires con camiseta". El niño no podía escurrir el bulto en el anonimato, sabía que todo el mundo sabía quién era quien hacía qué. Es algo que he intentado transmitir a mis hijos, conocer a alguien y aprenderse su nombre es el primer paso del éxito. Saludar a quien te cruzas con un buenos días María le da la importancia que se merece a la persona saludada. Y sonará pedante o simplón, pero es como si esa persona, la receptora del saludo, se dijera sí, me ha saludado a mí. Nos gusta que nos den la importancia que nos merecemos, y la única forma de ser importante es ocupando un espacio, y diferenciarte de los demás, con tu nombre, es una de las formas de hacerlo. Así que un "buenos días" personalizado, amigo...
3 de enero de 2012
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1 comentario:
Buenos días, Sabonis.
Abrazos.
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