NOCHE TOLEDANA:
Ahorraré los detalles escatológicos y me quedaré con la consecuencia de haber estado casi toda la noche en un semi voluntario duermevela. Mi cabeza se ha disparado. Ya me ha pasado otras veces, creo que hay un sofá y un mando en mi sesera, que cuando barrunta tormenta dice, hala, ponte a crear. En el propio sueño está la fantasía y la semi realidad que no es otra que una fantasía secundaria en la que soy consciente de que no voy a recordar mi ingenio a lomos de Morfeo. He hablado de ello otras veces. Lo curioso es que en el sueño de hoy, en el que yo hacía el guion de una película, que según mi juicio sonámbulo iba a estar a la altura del mejor Berlanga, sobre unos desheredados, un perdedores, una especie de frikis marginados, que deciden convencer al pueblo entero para invertir dinero en las apuestas. Lo que más recuerdo, además de mi propia frustración del estilo ¡mierda que me despertaré y esta maravilla se quedará en el limbo ! es el final de la película. Un grupo peculiar de una docena de tipos caminando, vistos desde atrás. Unos muy altos, otros muy bajos; unos gordos otros espaguetis andantes; cabezones y lo contrario; bracilargos, sin una pierna...en fin, un poema. El espectador sabe que van camino de la casa de apuestas y una voz en off diciendo "estos hombres van camino de hacerse ricos. Ninguno de ellos estará para contarlo en un par de años, pero no queremos estropear la belleza de esta imagen con información innecesaria". Así terminaba mi película. Era buena, eso dice mi subconsciente; me gustaría que mi parte consciente fuera tan condescendiente con lo que creo en lucidez. Nunca lo he conseguido.
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