20 de abril de 2024

 EL TESTIGO Y SU VIDA: 

Un hombre al que una doctora le salva la vida con una transfusión sanguínea demanda a la doctora por salvarle la vida mediante una transfusión de sangre. Lo cual no deja de ser una ironía, porque el objeto de la denuncia (salvarle la vida) es lo único que permite al denunciante poder denunciar a la denunciada. 

Esa es la notica. Aséptica. Directa. Luego ya podemos entrar en los detalles como que el superviviente gracias a la ciencia (que no a sus creencias) era testigo de Jeová y para ellos no están permitidas las transfusiones porque son peor que la muerte. 

Sobre este asunto tengo muchas, pero que muchas preguntas; pero no quiero aburriros, así que me despido con una solitaria: ¿cómo no nos hemos extinguido todavía?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque nos parezca mentira, la persona está en todo su derecho de por sus creencias no querer recibir transfusiones, ni trasplantes de órganos, ni nada externo, se respeta, yo creo que el dilema está en los niños, cuando los tutores legales deciden que no salvan su vida, el médico en este caso tiene un dilema grande, porque por un lado sabe como evitar la muerte y por otro está limitado. Muy difícil decisión.

Larrey dijo...

Gracias por tu respuesta ¡
No suelo re-contestar, pero me dejas una duda, bajo ese principio de derecho a decidir hacerse daño uno mismo ¿deberíamos permitir a las personas que se intentan suicidar que lo logren? Para mí tienen los pies en la tierra al mismo nivel quien quiere quitarse la vida a quien no quiere salvársela porque un dogma le dice que la ciencia que puede salvarlo es impura...