EL
DESFILE:
El diseñador, y el jefe de márketing,
de la marca de moda Avavav pensó que la mejor idea para concienciar al planeta
de la contaminación en torno al mundo del pret a portet era manifestarlo de un
modo físico en el propio desfile. Su idea era especialmente sencilla, dejarían
numerosos cubos de basura entre el público para que éste, al paso de los y las
modelos, les arrojaran los desperdicios. Se frotaban las manos por el ingenio,
lo transgresor y los pingües beneficios de una idea tan rompedora. Llegado el
desfile, los profesionales de la pasarela, resignados, salieron al pasillo central
dispuestos, no solo a desfilar, sino a recibir la mierda lanzada por el público.
Pero nada de eso ocurrió. Uno tras otra, otro tras una, los modelos salían,
paseaban y regresaban sin que el público hiciera nada. Los responsables no
daban crédito. Había fallado su estrategia, el desfile no iba a tener la repercusión
esperada. Pero nada más lejos de la realidad, terminado el mismo, les tocó a
ambos salir a la pista, momento en el que el público, en bloque, decidió hacer
uso de la basura…
NOTA
DEL AUTOR: Esta es una distopía basada en hechos reales, más bien una utopía de
cómo me hubiera gustado que pasase…pero no fue así.
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