9 de febrero de 2024

 ACOSTUMBRADOS A LO BUENO: 

No hemos celebrado tanto la visita en casa de un tipo regordete y con barba desde los tiempos en que nos visitaba Papá Noel. Hemos estado casi una semana sin calefacción ni agua caliente. Suerte que tenemos radiadores eléctricos y no nos ha pillado en una filomena. Pero eso de ducharse con agua fría, ay, amigo, duele. Seis días (y quinientos euros) después, tras la visita del técnico, esa primera ducha llena de vapor te sabe a gloria. Y es que no hay nada como perder lo que tienes de serie para empezar a valorarlo. Lástima que la memoria humana sea muy frágil en esto. Yo he aprovechado para recordarles a los niños que hay en el mundo, ahora mismo, más de 2.000 millones de personas sin acceso al agua, ni fría ni caliente. Para que dimensionen la cifra les he dicho que Europa, entera, no llega a los 800 millones de habitantes. Vamos, que tres Europas no saben lo que es abrir un grifo y que salga agua potable. Seguro que en dos docenas de duchitas calentitas se nos olvida, pero hay que intentarlo...

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