PATRIOTAS:
Si Napoleón hubiera hecho bien su trabajo, ahora mismo seríamos una provincia más de la Grande Francia y votaríamos en las elecciones autonómicas de la Hispanie. En ese caso Abascal y los suyos serían unos disidentes, unos independentistas, unos revolucionarios, unos rompe patrias, unos traidores a la nación y el cáncer de la democracia (bueno, eso yo creo que lo son fuera de mi distopía). Porque ellos estarían defendiendo una España independiente. Estarían, de facto, rompiendo Francia. Porque conviene que no se nos llene demasiado la boca de nada, que los países son la consecuencia de siglos de movimientos geopolíticos y un puro convencionalismo administrativo. Para mí todos los patriotas son el mismo. Son las patrias las que salen mal paradas, porque no siempre reconocemos, desde nuestro patriotismo, a otras como legítimas. Un verdadero patriota, si el patriotismo pudiera ser un sentimiento sano, jamás mancillaría otra bandera, sabiendo cuan importante es. Porque un patriota suele serlo de forma expulsiva, gregaria, como un hoolligan, es decir, su patria frente a la de los demás. Y no siempre respetan el concepto de patria que tiene el resto. Ver a los catalanes, por ejemplo, querer incluir parte de Francia en su utopía me da una mezcla de risa y pena. Abascal y Puigdemont son, a un tiempo, espejo y némesis. Perdonad la franqueza, pero yo, las banderas y las pulseritas y los sueños patrióticos, los meto todos, todos, todos en el mismo saco. Es lo que tienen las cojeras, supongo.
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