17 de octubre de 2023

 FELICIDAD: 

¿Alguna vez has sido plenamente feliz de cero? Es decir, una felicidad que fuera en sí misma el inicio de algo. Ya sé que esta pregunta es un poco compleja. Es una mezcla de torpeza de quien la hace, de quien la piensa y por la propia complejidad de la cuestión. A lo que voy, la felicidad ¿no es, en esencia, la ausencia de infelicidad? Uno es feliz enamorado porque hasta entonces no estuvo enamorado. Es feliz por tener trabajo porque no lo tenía. Es feliz madurando (quien lo fuera...) porque antes no lo era. La felicidad, en el fondo, no es el objetivo, sino el logro. Logramos ser felices. La ausencia de felicidad es inherente a la propia felicidad. Son dos caras de la misma moneda, que se necesitan. Por eso nos frustra tanto perder lo que tenemos y luego nos sentimos más felices al recuperarlo de lo que lo éramos con el simple hecho de tenerlo. Si existe una felicidad plena, que no tenga que ver con su propia ausencia, por activa o por pasiva, por favor, escribidme a antoniolarrey@yahoo.es. Me encanta desmontar los sombrajos de mis cojeras. 

Y, a todo esto, la pregunta venía para hablar, por enésima vez, de mi ateísmo. Por este tipo de preguntas, más bien por ausencia de una respuesta clara, lo abracé abandonando mis creencias pretéritas. El cielo ¿es factible? ¿Qué sentido tiene una felicidad eterna que no tiene antes ni después? Si no sabemos que uno puede dejar de ser feliz o que antes no lo fue ¿es verdadera felicidad? Hubo muchas preguntas de estas antes de ser consciente de que Dios, en esencia, no podía existir. Por un error básico de programación. 

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