Para desengrasarnos del tema machirulo, digo Rubiales, ¿qué mejor que un cuento? Me hubiera gustado que hubiera sido de corte simpático, pero me llegan sin más...
EL
MÓVIL FLOTANTE:
El
móvil permanece flotando unos segundos en el agua del mar, quizá a modo de
despedida, antes de sumergirse definitivamente. A unos cincuenta metros está
él, que hace un minuto recibió un recordatorio en modo de video musical, con
imágenes del pasado, de ese mismo insensible smartphone; el mismo que recibió,
como si tal cosa, sin inmutar ninguno de sus chips, el mensaje de adiós de la
mujer que protagonizaba todos esos recuerdos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario