Aparece una foto de unos pies diminutos de bebé y te dicen, haz click en "me gusta" si piensas que los niños son un regalo. Una mujer con un pecho amputado, una flecha señalando y diciendo este usuario lucha contra el cáncer de mama. La foto de una preciosa niña síndrome de down y un texto: si fuera tu hijo dale a "me gusta" si lo aceptarías". No lo entiendo, claro que creo que los niños son un regalo, cuido a mis hijos como el mayor tesoro que un ser humano pueda encontrar. Por su puesto que deseo que las farmaceúticas encuentren por fin una cura para el cáncer. Y aunque no te importe, porque es una decisión sumamente personal, no hubiéramos abortado de traer un síndrome de down al mundo. Proliferan las peticiones de ese tipo, es como una especie de carrera solidaria, conseguir más que nadie, demostrarlo más que nadie, una fachada inútil y casi vergonzante ¿Qué logra mi "like" a favor de la lucha con el cáncer? Nada, absolutamente nada, en mi caso ni tan siquiera descargar mi conciencia. Me parece ridículo, infantil, de patio de colegio. Entiendo que ahora mismo tenemos en las redes sociales una plataforma impagable para promocionar nuestras ideas, nuestra forma de ver el mundo, encontrar personas con las mismas afinidaes, un primer paso. Pero vestirnos de una solidaridad impostada porque damos a más "me gusta" que nadie. No, por ahí no paso. Mi solidaridad está en mi cabeza, soy juez y parte de ella, y la ejecuto introspectivamente, porque no soy un Amancio Ortega garrafón de las redes que busca que los demás sepan que es una persona comprometida con su tiempo. Quizá haya personas que tienen su muro cargado de yermos gestos solidarios en pasteladas como las que he contado y luego aceleran para no dejar que otro vehículo les adelante, falsean los datos de su declaración para acceder a una beca, empadronan a su hijo en casa de un primo para lograr una plaza en un colegio o son incapaces de dar los buenos días a su vecino. Yo soy una persona extremadamente educada, pero también egoísta hasta el radicalismo, porque soy consciente de mis limitaciones, y cuido y lucho por mi entorno con uñas y dientes. No exporto solidaridad. No puedo vender otra realidad. Ni tan siquiera en facebook. Que no cuenten con mi "like".
30 de enero de 2013
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