3 de enero de 2013

LA VARA DE LA ESPE

Es curiosa la doble vara de medir que tienen algunos políticos. Resulta que nuestra nunca olvidada ex presidenta ha pedido una investigación internacional para el caso de su afiliado Carromero. Poco menos que le pide a su Majestad la intervención del Señor James, y a la Marvel la de sus cuatro magníficos. Que digo yo que bastaría con preguntar a quien conducía el coche siniestrado ¿no? Bueno, pues si eres militante del PP y estás en la cárcel te mantienen tu empleo de asesor (dedocracia mediante) en un ayuntamiento (el madrileño, hablando de casualidades) para facilitarte el régimen abierto. En cambio, en Madrid, comunidad que nunca agradecerá lo suficiente el esperetiro, tuvo lugar una fiesta que, como mínimo, superó el aforo permitido y que incumplió decenas de normas de seguridad, de moralidad y de sentido común ¿Consecuencia? Cinco muertos. Adolescentes, eso sí, nada de disidentes políticos del régimen castrista. Ahí, entonces, no hace falta ni superhéroes, ni agentes de la corona, ni juzgado, ni policía municipal, ni perrito que nos ladre. Ni tan siquiera se le puede preguntar a la responsable del Spá, digo, del Ayuntamiento, sobre las irregularidades más que evidentes. Al menos ahora, que ya ha vuelto de su "merecido" retiro, digo yo. Pues nada, ahí no, ahí basta con una cabeza de turco y a otra cosa mariposa. Ahí las cosas están claras. Y no la culpo, porque claras están, los escrúpulos son incompatibles con la rentabilidad, no hay más que revisar eventos como el del Madrid Arena en noviembre, donde se recorta y se recorta hasta la muerte, y esta vez no fue una metáfora. Esta país necesita, y con urgencia, la vuelta de José Mota y su vara. No se me ocurre otra salida. Varas para todos, y no para medir precisamente. Y una guillotina en cada plaza, como sombra siniestra...

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