Hoy que es un día muy futbolero, que en los cafés del desayuno se comentará aquella oportunidad, aquel fuera de juego no pitado y aquella mano que no fue cuando era lo que no era, me he puesto a pensar en la proliferación en facebook, que es como nuestra cloaca colectiva, de grupos que apelan al orgullo. Orgulloso de ser culé. Orgulloso de ser del Madrid. Orgulloso de ser del Rayito. He buscado en el diccionario de la Real Academia, que mientras no se demuestre lo contrario, como mi pareja, siempre tiene razón, la definición de orgullo: Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas. Y me entero que viene del catalán, lo cual explica algunas cosas. Pero volviendo a la palabra, y más bien al concepto, lo dice claro "estimación propia". Es decir, yo me puedo sentir orgulloso de como he afrontado un problema, de como he superado un reto, de como he enfocado mi vida, incluso de como se comportan mis hijos. Pero ¿te sonaría bien que dijera que me siento orgulloso de lo guapos que son?¿a que no? Pensarías o que soy un pedante que no sabe como decirte que sus hijos son una preciosidad o que las babas me han invadido el raciocinio. Entonces ¿cómo puedo sentirme orgulloso de un equipo de fútbol?¿qué son?¿qué he hecho yo para que ese equipo haga lo que hace? Me puedo sentir feliz de haber elegido el bando de los ganadores, o de estar en los que siempre pierden pero son más divertidos. O en los que van de blanco y no en los que van de amarillo. Pero ¿orgulloso?¿de qué? Y saliendo del rectángulo cerebral del fútbol tenemos más ejemplos. La gente que se siente orgullosa de ser madrileña, catalana, o española ¿Orgullosa de una casualidad geneticogeográfica? Me puedo sentir contento o aliviado de no haber nacido en el cuerno de África y poder estar escribiendo esto en lugar de andar descalzo cuatro kilómetros en busca de un pozo. Si fuera mujer me podría sentir feliz de no haber nacido en un país radical religioso. Pero ¿orgulloso?¿por qué?¿dónde está el mérito de haber nacido donde he nacido? Es absurdo y simplón. Llamemos a las cosas por su nombre, todo será más fácil.
31 de enero de 2013
30 de enero de 2013
SOLIDARIDAD DE PASTEL
Aparece una foto de unos pies diminutos de bebé y te dicen, haz click en "me gusta" si piensas que los niños son un regalo. Una mujer con un pecho amputado, una flecha señalando y diciendo este usuario lucha contra el cáncer de mama. La foto de una preciosa niña síndrome de down y un texto: si fuera tu hijo dale a "me gusta" si lo aceptarías". No lo entiendo, claro que creo que los niños son un regalo, cuido a mis hijos como el mayor tesoro que un ser humano pueda encontrar. Por su puesto que deseo que las farmaceúticas encuentren por fin una cura para el cáncer. Y aunque no te importe, porque es una decisión sumamente personal, no hubiéramos abortado de traer un síndrome de down al mundo. Proliferan las peticiones de ese tipo, es como una especie de carrera solidaria, conseguir más que nadie, demostrarlo más que nadie, una fachada inútil y casi vergonzante ¿Qué logra mi "like" a favor de la lucha con el cáncer? Nada, absolutamente nada, en mi caso ni tan siquiera descargar mi conciencia. Me parece ridículo, infantil, de patio de colegio. Entiendo que ahora mismo tenemos en las redes sociales una plataforma impagable para promocionar nuestras ideas, nuestra forma de ver el mundo, encontrar personas con las mismas afinidaes, un primer paso. Pero vestirnos de una solidaridad impostada porque damos a más "me gusta" que nadie. No, por ahí no paso. Mi solidaridad está en mi cabeza, soy juez y parte de ella, y la ejecuto introspectivamente, porque no soy un Amancio Ortega garrafón de las redes que busca que los demás sepan que es una persona comprometida con su tiempo. Quizá haya personas que tienen su muro cargado de yermos gestos solidarios en pasteladas como las que he contado y luego aceleran para no dejar que otro vehículo les adelante, falsean los datos de su declaración para acceder a una beca, empadronan a su hijo en casa de un primo para lograr una plaza en un colegio o son incapaces de dar los buenos días a su vecino. Yo soy una persona extremadamente educada, pero también egoísta hasta el radicalismo, porque soy consciente de mis limitaciones, y cuido y lucho por mi entorno con uñas y dientes. No exporto solidaridad. No puedo vender otra realidad. Ni tan siquiera en facebook. Que no cuenten con mi "like".
29 de enero de 2013
COMO EL AGUA
Mi hijo mayor anda canturreando todo el día una versión crítica del gangnam style. Se la ha enseñado algún amigo de clase. De tanto repetirla el pequeño también se la ha aprendido y claro, su madre terminó preguntándole si sabía quien era Rajoy. Dijo que no. Mi pareja le explicó, tratando de ser aséptica, con todos los esfuerzos del mundo en pos de una imparcialidad que no se merecen, que era el presidente de nuestro gobierno. El jefe. Como tu entrenador de baloncesto o tu profesora en clase, pero de todos. Entonces el mayor, ejerciendo de tal, tomó las riendas y dijo que no estábamos muy contentos con lo que estaba haciendo con la sanidad. Su madre, claro, siempre sin olvidar la premisa de imparcialidad que nos hemos autoimpuesto, pero sin la más mínima intención de mentir, le explicó al pequeño que este gobierno pretende hacernos pagar dos veces por la sanidad, que primero nos la cobra en los impuestos y ahora nos la quiere cobrar cada vez que vayamos al médico, por resumir. El pequeño se tomó unos segundos para reflexionar su respuesta y sentenció: entonces, mamá, tendremos que esforzarnos por no ponernos malos.
Ójala y los políticos que nos gobiernan tuvieran la mitad de sentido común que tienen mis hijos. Y los tuyos. Y los de tu vecino. Otro gallo nos cantaría si gobernaran con la lógica con la que ellos se enfrentan a la vida. Ya lo dice el refranero español, y no sé si los borrachos lo harán, pero los niños siempre dicen la verdad.
28 de enero de 2013
CONDENADO A FRACASAR
Repetí segundo de BUP. Fue una bofetada cruel perpetrada por tres míseras asignaturas que se me atragantaron y ni con la miga y el agua del verano fui capaz de tragar. Tenía 15 años y fue mi primer fracaso escolar. Tercero lo pasé con más pena que gloria y llegué a COU con el lastre insalvable de dos asignaturas pendientes. Me enamoré y me desconecté del mundo. Aprobé una asignatura y supongo que fue por pena, por no hacerme pasar por debajo del pupitre. El segundo COU ya lo hice en turno de tarde y tratando de sacarme algo de dinerillo para mis vicios. La cosa no fue mucho mejor y dos asignaturas pendientes coronaron un nuevo septiembre negro. Iba a hacer lo que se conocía como un Papá Noel (Cou, Cou, Cou). Ese verano ya me reclamó Cádiz y la patria para los nueve meses de la basura, así que me presenté en Madrid en primavera, más perdido que un skin en una biblioteca, con dos asignaturas y medio curso para tratar de preparar un plan vital. La confianza paterna era más bien escasa, y cualquier principio científico basado en el ensayo error obligaba a condenarme al fracaso. Mi futuro parecía ligado al ladrillo o similares. Sin saber muy bien hacia dónde iba, con algún apaño laboral y piscinero aprobé en septiembre y me lancé a la selectividad con el escepticismo que tendría un tercera en una eliminatoria de copa con el Barsa. Y saltó la sorpresa, una nota colgada en un tablón y una carta que llegó a casa mediado el verano certificaban mi acceso a la universidad: Geografía e historia. En la universidad volvieron los nubarrones negros, no lograba conectar ni con la gente ni con los profesores ni con las materias y emplee mi tiempo en formaciones alternativas como un inútil a la postre, carné B2 y título de taxista. Como en los viejos tiempos logré salvar una asignatura para que mantuvieran la matrícula. Tenía la edad en la que mis coetáneos se enfrentaban a los últimos años de carrera y yo no había ni empezado. Me di una última oportunidad, me desnudé de la Geografía y me vestí de Historia. Busqué trabajos a media jornada y me di un año. La sorpresa fue mayúscula. Empecé a entender lo que estudiaba, lo que los profesores querían de mi y las buenas notas se sucedieron en cascada. Maduré de golpe. Me volví aplicado, organizado, comprometido. Seguía saliendo, claro, pero ya era capaz de levantarme un sábado a las siete de la mañana para pasarme el día en una biblioteca. Así fueron pasando las asignaturas, y los cursos, hasta que acabé la licenciatura, en mi año, salvo por tres díscolas asignaturas que requirieron el impulso de un trimestre extra. Un día me di cuenta de que había hecho una carrera, un curso que me permitía ser profesor, había enfocado mi vida laboral en un campo impensable y con mi pareja de toda la vida me había comprado una casa. Ahora, no se si lo seré o no, porque la ejemplaridad es un arte demasiado subjetivo, pero soy un buen padre, un buen trabajador y una buena pareja. Además, una persona concienciada, consciente de su lugar en el mundo y con enormes expectativas en la vida.
¿Por qué os cuento todo esto? Porque tengo la esperanza de que entre mis lectores haya padres de adolescentes en un tris de tirar la toalla. No lo hagas, ten fe, estate a su lado, crítico pero comprensivo, tropezar no es un delito, lo es no querer levantarse. Un día de estos tu hijo, tu hija, se despertará y se dará cuenta de que tiene que hacer algo con su vida. Y dará igual si es tarde o temprano, porque lo importante es que te encuentre ahí, a su lado.
25 de enero de 2013
PARADOS
Tú, que como yo, tienes la inmensa suerte de seguir trabajando, cuando te levantes el lunes, antes de empezar tu rutina laboral, dedica unos segundos a pensar. Imagina que te has despertado sin despertador, porque no tienes un trabajo al que llegar. Imagina que no tienes la obligación de vestirte con celeridad, de elegir la ropa adecuada, porque no tienes una empresa a la que acudir. Imagina que esto ocurre desde hace más de una semana, o dos, o un mes, o diez, o desde hace años. Imagina que esa sensación de desamparo que te acompaña, de forzosa inutilidad, de inactividad impuesta, te acompará ese lunes, y al día siguiente, y casi seguro un par de semanas después, y quién sabe si unos meses, o años...Imagina que además en la habitación de al lado duermen tus hijos, que cada día se van al colegio sabiendo que su padre, o su madre, no tiene trabajo al que acudir. Y que vuelven y sigues ahí, un día más, sin haber hecho "nada". Porque como escuché a una parada de larga duración ayer, a todo lo que os imaginéis que tiene el paro hay que añadirle el profundo dolor que supone que tus hijos vean día a día que no tienes un trabajo al que acudir. Cuando hagas ese ejercicio de reflexión y empatía necesaria, levántate y vete a tu trabajo. Y vívelo como lo que es, tener el número premiado en la lotería laboral. Yo lo hago, muchas veces, para no olvidarme de la inmensa suerte que tengo. Eso me ayuda a saber que nadie está ahí, en ese saco de casi seis millones de historias, por gusto. Cuando lo hayas hecho un par de lunes te dejaré opinar líbremente sobre los parados.
24 de enero de 2013
NUEVO REFRANERO
Da igual que los políticos estén a nuestra izquierda que a nuestra derecha, nos obvian y ningunean con una profesionalidad digna de estudio. Por eso, siguiendo una idea de Coronas en La Ser, me he propuesto revisar el refranero español para adaptarlo a sus ínclitas señorías. Se trata de transmutar el refrán para reflejar una realidad política. El refranero es amplio, así que la tarea de rederefranear no es baladí: Quien mucho Bárcenas poco declara. A mal político buen ciudadano. En casa del político, sobres llenos. Unos nacen políticos y otros estrellados. Por la pasta muere el pez. A palabras de políticos votantes crédulos. No digas de este agua no beberé ni este político no me engañará. Votante que no ve, elecciones ganadas. A buen entendedor, más habrá que mentirle. En todos los partidos cuecen sobres. Más vale concejal honrado que ciento volando. Mucho ruido y poca verdad. Sarna con sobres no pica. Mal de muchos, político que cobra comisiones. No por mucho madrugar te encontrarás un político honrado. No dejes para mañana lo que puedas prevaricar hoy. El que la hace, si es político, la paga el ciudadano. Más sabe el político por robar que por trabajar. El hábito (de robar) hace al político. Al Cesar lo que es del Cesar y al político los sobres con dinero. No hay mal que no tenga a un político detrás, dure lo que dure. Político prevaricando nos jode a los dos. Robando se entienden ellos. Hoy por tí mañana por mí (este no necesita revisión, sino más y más sobres, más y más Bárcenas...). La avaricia...te hará ministro. El dinero no da la felicidad...salvo que seas político. Si las barbas de tu vecino ves investigar, pon tus papeles a limpiar.
Estos son algunos ejemplos. Sea como fuere, urge revisar el refranero, porque si en algo nos hemos caracterizado el pueblo llano ha sido siempre por nuestra infinita paciencia, sí, pero también por nuestra enorme capacidad de adaptación. Adaptémonos, pues.
23 de enero de 2013
EL BAJO DEL PEQUE
Le hemos comprado un bajo eléctrico a nuestro hijo. Papa Noel no se lo pudo traer, ni los reyes, porque no tienen ni idea de instrumentos musicales. Nos recomendaron una tienda online, busqué un paquete a buen precio y pregunté a las tiendas de la ciudad. Al fina en Bosco me hacían el mismo, así que allá que fui. El pack incluye el bajo y un amplificador, entre otros detalles, todo en la misma caja, con asa, por suerte. La calle de la tienda es de un solo carril, con coches en línea a la izquierda y en batería donde yo aparqué. Muy justito. Empezaba a chispear cuando salía con aquella enorme caja, que más parecía un mafioso que llevara al chivato descuartizado que otra cosa. Iba sólo en el coche así que ni corto ni perezoso abrí el maletero y traté de meterlo. No había forma, los reposacabezas y el techo no estaban por la labor. Vale. Lo desmonto y lo meto por partes, es lo mejor. Traté de sacarlo, pero tampoco, oiga, la caja le había pillado cariño al coche y ahí se quedaba. Y yo con cara de tonto. Con medio cuerpo del chivato, digo del bajo, fuera y otro medio dentro y una tenaz e insensible lluvia de compañera, comprendí que debía echar los asientos para adelante o no habría manera. El problema era la silla del peque, también había que quitarla. Por su lado imposible, mi cuerpecito de 90 kilos no podía contorsionarse lo suficiente, lo hice a duras penas por el otro ¿Quién inventó las sillas de bebé? La madre que lo parió, lo difícil que es sacar el cinturón de algunas cuando se mide casi uno noventa. A todo esto escuchaba las gotas sobre la caja y los coches pitar por aquella prominencia invadiendo el carril. Cuando por fin logré liberar la silla me di cuenta de que era imposible sacarla. Por las puertas no había sitio y por el maletero había una caja de bajo esperando. Comprendí entonces que las tardes de Tetris iban a tener por fin su rédito, no me preguntéis como pero logré meter la silla de bebé por entre los asientos delanteros, encajada a saber cómo, y pude por fin, reclinar los asientos. Entonces, no sin cierta dificultad todavía, la dichosa caja entró al completo. Entre la lluvia y los restregones que me había dado con el coche parecía un minero con taquicardia al final de su jornada laboral. Pero ya estaba. Bueno, no del todo, tenía una silla cruzada, a modo de barricada de manifestación, en mi asiento. Como no podía llamar a los antidisturbios, entre otras cosas porque no preguntan antes de pegar así que la primera toña me la iba a llevar yo, con medio cuerpo fuera, otra vez como la canción popular del balcón, me las vi y me las desee para deshacer el tetris y llevar de nuevo la silla a los no asientos traseros. Cuando por fin puse el coche en marcha pensé que en un momento del trayecto aquello reventaría y saldría el bajo por la ventana, el ampli por el portón trasero y la silla por el parabrisas.
Se me hizo largo el camino. Muy largo. Y no por la incómoda conducción, sino por las ganas que tenía de llegar a casa y preparar la sorpresa. Tanto que me di cuenta de que debe de ser muy, muy difícil y se debe tener la cabeza muy amueblada para, siendo rico, no colmar a tus hijos con todos los caprichos imaginables.
Se me hizo largo el camino. Muy largo. Y no por la incómoda conducción, sino por las ganas que tenía de llegar a casa y preparar la sorpresa. Tanto que me di cuenta de que debe de ser muy, muy difícil y se debe tener la cabeza muy amueblada para, siendo rico, no colmar a tus hijos con todos los caprichos imaginables.
¿Sabéis una cosa? Todo, absolutamente todo, mereció la pena cuando vi la cara de mi hijo al entrar a casa y encontrarse con el bajo en el salón, intacto, por suerte, esperando...todo mereció la pena.
22 de enero de 2013
DOS
Como esta historia está basada en hechos reales prefiero inventarme a sus protagonistas y digamos que se llamaban Elsa y Gabi. Gabi y Elsa, Elsa y Gabi eran un matrimonio al uso, forjado en la España franquista, donde el marido era el sol y la fiel esposa, la sombra. Nacieron poco antes de la guerra y se enamoraron cuando los edificios aun guardaban el miedo en sus cimientos. Pasaron hambre y frío, como tantos y tantos españoles de aquellas décadas. Y como diría Sabina, se amaron como se odian los amantes, con tanto amor como rencor, con tanto que agradecerse en cada reproche, mientras construían una familia. Cuando los hijos volaron, se instalaron en la comodidad de ignorarse y durante años, los últimos de sus vidas, fueron extraños el uno para el otro. Sin el valor de zanjar un amor que crecía entre el rastrojo de una vida de sueños dormidos. Cada uno fiel a su espacio, a su orgullo, procurando tropezar las mirada lo indispensable para que la nave siguiera su curso y a los gritos los tamizara la indiferencia. Un día, no hará mucho, Elsa enfermó. Fue una enfermedad rápida, como una ráfaga de viento helado, que se la llevó en apenas unos días. Gabi no se separó de su cama ni un solo segundo. Después, desde el mismo instante en el que la Parca Dama la raclamó a su lado, Gabi decidió que no quería seguir viviendo. Dejó hablar, dejó de comer, dejó de caminar, dejó de sonreir, dejó de dormir, hasta que un día dejó, sin más, de vivir. Así es el amor, otra vez por Sabina, que cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren.
21 de enero de 2013
LA CARTA
Haciendo limpieza en los armarios de casa me encontré, entre otras cosas, con este texto:
Nadie comprará mi silencio. Nadie me hará callar porque estoy enamorado. La quiero, la necesito, la amo tanto que si algún día me faltase su sonrisa no dudaría en quitarme la vida, pues sin ella no tiene sentido. Mi corazón suspira su nombre con cada latido, mis esperanzas e ilusiones tienen grabado su nombre. La bandera que ondea en el mástil de mis creencias es del color de su piel y su pelo. Y lleva bordado en color carmín un te quiero con su perfume. Vivo por ella y por ella moriría. Soy su siervo, su esclavo, su niño, su amigo, su compañero, su amante, su admirador, su enamorado desconocido. Y ella es la luna de mis noches, el atardecer de mi horizonte, el curva de mi sonrisa, la melodía de mi canción, mi ayer y mi mañana, mi presente y mi futuro. Ella lo es todo, vivo desde que la quiero y lo seguiré haciendo mientras me quiera. Tan sólo puedo decir que la amo, si es que alguien sabe en verdad lo que significa sentir dentro esa palabra.
Larrey, 1992
Lo que más me impresiona es que, más de 20 años después, sigue totalmente vigente...
20 de enero de 2013
LAS PREGUNTAS DEL PEQUE
- Es que ese chico se a Azerbaijan
- ¿Que se va a hacer qué?
Rubén, ocho años.
- ¿Que se va a hacer qué?
Rubén, ocho años.
19 de enero de 2013
MÁS ALLÁ DEL ÉXODO
ESPINELA SIN ESPINAS
(o más "cornás" pega el hambre)
Triste y sola en un tejado
maullaba hambrienta a la luna
una gata que a la una
no había aún probado bocado.
¡Malhaya su gato amado!,
que con dos gatas albinas
tan promiscuas como finas,
pretendiendo un revolcón,
se había zampado el salmón
de la piel a las espinas.
18 de enero de 2013
CURSOS ILÓGICOS
Imaginad: Curso de Buceo: parte teórica, contemplación de la vida subacuática, técnicas básicas de respiración bajo el agua, control de la sensación de ingravidez, técnicas básicas de desplazamiento submarino y seguridad...para personas que no quieren meterse en el agua. O un curso de sommelier y cata de vinos para abstemios. Curso de conducción en situaciones de estrés...para personas ciegas. Piano para mancos. Clases de canto para mudos. Pues todos estos cursos, en apariencia absurdos, son el paradigma de la lógica comparados con el, tachán, tachán, y hora no miento...Curso de sexualidad y afectividad para jóvenes organizado por el Obispado de Alcalá en la universidad de idem. Increíble, un curso de sexo para que te digan que no se puede follar ¿No es hasta cruel? Es que ya me imagino el temario, que terminará con la visualización de algunas cintas porno con el subtítulo: caca, nene. Claro, que de casta le viene al galgo. Los que se han casado por la Iglesia podrá hablar de ello mejor que yo, pero que un cura, que no vive con mujer alguna ni ha probado la carne (ja, me descojono) te tiene que explicar las nociones básicas para el buen funcionamiento del contrato pareja que vas a firmar con Dios. Pues lo mismo es que la Iglesia de cursos de sexo. Igual de absurdo. Y yo, padres de adolescentes creyentes a los que vuestros hijos os vengan pidiendo financiación para un curso de este tipo, yo, digo, me lo pensaría y tiraría de hemeroteca para ver la relación que Iglesia+sexo+jóvenes ha tenido a lo largo de la historia. Me quitaría la venda y buscaría en el diccionario el significado de la palabra pederastia y apuntaría a mi hijo a un curso de macramé. Y volviendo a los cursos, poco me queda ya por ver, quizá, puestos a imaginar cursos manifiestamente absurdos e inútiles, ¿por qué no uno de honradez para políticos? si de tirar el dinero se trata...
Ah, por si al final el curso os interesa...es justo antes de subir a rezar...¿rezar empalmado será pecado?
17 de enero de 2013
LAS TETAS Y EL BLOG
Lo reconozco, desde que en "Todo por la radio" de la Ser hablaron de este blog, me tiene impresionado. Creo que data de apenas cinco meses atrás y va camino de llegar a las 6 millones de visitas. Eso supone multiplicar por 250 las visitas del Trastero. Es decir, por cada uno de vosotros que entra en mi blog hay 250 personas que entran a ver los impresionantes posts (dos, para más señas) de la tal Alicia. Cada día los socios de Atlético de Madrid, sin excepción, entran a leerle el escote. Tiene algo de viral, porque de literatura, al menos lo que la sombra de sus tetas me ha dejado ver, poco. Es una bitácora muy, muy pechonal. El caso es que ya he visto en varios programas referencias al manido blog e incluso entrevistas. En una de ellas la siempre supuesta Alicia dice que no ofrece nunca la cara en sus fotos porque esta no es su carrera profesional, que tiene un trabajo muy serio, que es en una oficina a lo que he podido intuir. A la pregunta del presentador de que sus compañeros no sabían que ella era ella, la del blog la misma que la que saca el café a las doce con tanto estilo en la máquina de la cuarta, junto a suministros...y ella aseguró que no. Pues Alicia, una de dos, o eres más ingenua que Petete o nos estás tomando el pelo con tus impresionantes tetas. Porque yo te aseguro que, o la ropa que sacas en tus fotos únicamente la usas para tu blog o el 100% de tus compañeros, no solo saben quien eres, sino que son fervientes seguidores de tu blog. No me cabe la más mínima duda. Mientras tanto, visto el éxito, he estado pensando en alternativas para aumentar mi cuota de visititantes. Una operación de pecho es inviable, porque me dan mucho miedo los quirófanos y el futuro dolor de espalda. Algunos me han sugerido que por imitación saque yo una foto diaria en calzoncillos. Primero tendría que renovar mi vestuario íntimo, lo que sería un daño colatelar que mi pareja agradecería, pero, segundo, no quiero perder esos 300 amigos que más o menos cada día entran a ver lo que les puedo contar. No se me ocurre nada ¿alguna sugerencia? Mientras se me ocurre algo pongo un par de fotos para alegrar la mañana, como mínimo, al 50% de los trasteriles...
Este es el blog en cuestión y esta la entrevista mencionada...
16 de enero de 2013
FINO, FINO
Si fuera un cavernícola seguro que el oso cavernario no me pillaba en la cueva. Vamos, de hecho a poco que me calara el jefe del clan, estaría en la mismísima puerta: unga, unga, prosegur, prosegur, unga, calcetines blancos kk. Aunque vaya a encontrar quien discuta mi argumento, soy un homo sapiens evolucionado. Y eso que durante la carrera hubo serias dudas. Como estudiantes de historia, y por ende de arqueología, notaba en mis compañeros ciertas miradas de sorpresa cuando el profesor describía lo que venía a ser el eslabón perdido. Por un momento tuve miedo de que el docente me lanzara su mirada inquisitiva: señor Larrey ¿le importaría salir para que veamos un ejemplo? Pero no. No soy un antepasado del hombre, ni vivo en la selva, ni soy un maqui que huye que la Guardia Civil. No. Soy un mísero contable. Entonces ¿para qué cojones me sirve este oído tan irritantemente fino?¿Qué utilidad tiene más allá de regalarme unas ojeras como torrijas y una adicción sin precedentes a los tapones de espuma? Es un superpoder del que abdicaría ya mismo. El vuelo de un mosquito, a las tres de la mañana, gracias a este supertímpano, es el rotor de un concorde en mis orejas. Una tos de mis hijos y empiezan las fiesta de Calanda en mi cabeza. Llueve, el protector del toldo recibe cuatro gotas y yo me creo en Guernica el 26 de abril del 37. La respiración de mi princesa son los extractores de la M30. Así, con este plantel auditivo, juntar cuatro horas de sueño son no ya un reto, son un Santo Grial, porque soy el Indiana Jones del silencio nocturno. Tales son mis sensibilidades auditivas que voy a donar a la ciencia mi estibo, mi yunque y mi martillo. Que tiemblen los de GAES cuando yo me muera y un científico sesudo de con la clave, se les acabó el negocio. Mientras tanto no me queda otra que cerrar puertas, ventanas y rezarle al Dios de los silencios el menor nivel de contingencia sonora. Ah, y los tapones, fieles compañeros.
15 de enero de 2013
DESPISTE Y ANGUSTIA
Ayer, camino del trabajo, a la misma hora, con las luces de la ciudad en los mismos watios lechosos, con los semáforos danzando al mismo ritmo, tuve un momento de desconcierto. Conducía un piloto automático mientras mi cabeza y yo divagábamos por los devenires de nuestra existencia, intentando olvidar la ponzoña que nos rodea, cuando, en pleno túnel de la M30 fui consciente de que no sabía dónde estaba. No es una dramatización. Sabía quien era, que iba camino del trabajo, pero desconocía en qué punto del trayecto me encontraba. No sabía si había sobrepasado el Calderón, si había dejado ya aquella salida, o me faltaba poco para esta otra. Fueron segundos apenas, no llegó a un minuto, pero me sentí ciertamente angustiado. Y el ciértamente lo puso que sabía que iba a tardar poco en situarme, tal vez el final del túnel, o una nueva salida, una curva, me pondrían de nuevo en la tierra. Y además, sabía que esa situación era totalmente transitoria, casual. Le robé el control al piloto automático y supe dónde me encontraba. Pero el rescoldo de la angustia se quedó ahí, y es el que ahora azuza el fuego de este post ¿Sabéis en quien he pensado? En las miles de personas que sufren Alzheimer. Creo que durante unos segundos he sido privilegiado testigo de su angustia. Y digo privilegiado porque, repito, era consciente de su transitoriedad. Pero ellos no, ellos viven en ese creciente saber que saben que sabían sin saber como saber que saben. Una vez, y creo haberlo contado aquí, me fumé un porro de marihuana con la idea de emular a Truman Capote, después mi cabeza entró en un bucle extraño (me falta actitud con las drogas) y sentí durante largos minutos un paralelismo con la esquizofrenia, con ese no poder salir de mi propia cabeza, que me permitió entender muchas cosas de las enfermedades mentales. Pues ayer me ocurrió tres cuartos de lo mismo con el Alzhemer. Fue un nuevo master en empatía que me ha regalado mi subconsciente. Un par de horas después, ya en la oficina, sonó el móvil, vi quien era y contesté, ni corto ni perezoso, al teléfono fijo...así que ya no tengo claro si fue un despiste o es que mi versión matutina es bastante limitadita.
14 de enero de 2013
ASÍ SON LAS COSAS...
Muchos andan por el Foro ahora descontrolados, con la bocas abiertas como buzones. Lo de Güemes es intolerable, braman con vehemencia...ahora... Resulta que se le ha concedido a una empresa un concurso que perdió hace dos años. Pues bueno, que no es para tanto. Que resulta que esa empresa tiene como asesor (que se sepa) a Güemes, político del PP madrileño con responsabilidades sanitarias en el pasado. Pues bueno, es su materia, su campo, lógico que cuando salga a la empresa privada se dedique más o menos a lo mismo. Pero es que resulta que ese servicio (análisis clínico) fue diréctamente privatizado por él...¿y qué? Sí, sí, de verdad ¿y qué?¿van a dejar de votarles quienes les votan y el resto acordarnos de la madre del topo? Pues no. Esto es lo que hay, además de lo que nos merecemos, y el que no quiera darse cuenta que se tiña la venda del color que le plazca. A mi no me sorprende porque, como Güemes, vengo del mismo mercado y conozco el percal más que de sobra. Ahora, que andan crecidos como buenos políticos con mayoría absoluta, puede que se despisten un poco y les veamos las cartas, pero llevan décadas marcadas. Esta es una estrategia a largo plazo que, curiosamente, en educación, inventó Felipe Gonzalez y sus nunca suficientemente denostados colegios concertados, y que dos legislaturas de gobiernos socialistas fueron incapaces de revertir. Un día, sobre todo los madrileños, nos levantaremos y no tendremos nada. El ayuntamiento se llamara el Häagen Dazs Government of Town, el Ministerio de Sanidad el Capio Center Hall y el Ministerio de Educación el Heineken Student Center. Y nos lo tendremos bien merecido. Por borregos.
13 de enero de 2013
12 de enero de 2013
MÁS ALLÁ DEL ÉXODO (Rafa León)
SAFO
Me sorprendió leyendo a Ángel González
–era un sujeto duro-
y me dijo:“¡Cojones!,
no me esperaba esto de ti,
eres un puto gay.”
Entonces le mostré
mis poemas de amor
y sexo dedicados a una dama
a la que, protegiendo
así su intimidad,
daba el nombre de Safo.
“Gay no, qué digo gay, ¡tú eres un maricón!”
–bramó en tono burlón y luego, carcajeándose,
se fue al bar de la esquina, según dijo,
para curtir su estómago
como lo hacen los hombres.
Lo que el muy gilipollas no sabía
era que cada sábado, cuando iba
al lupanar de moda a emborracharse
y a echar un polvo a alguna puta triste,
Carmina, su mujer, y yo leíamos
a Safo antes de, extáticos,
follar como animales hasta el alba.
Me sorprendió leyendo a Ángel González
–era un sujeto duro-
y me dijo:“¡Cojones!,
no me esperaba esto de ti,
eres un puto gay.”
Entonces le mostré
mis poemas de amor
y sexo dedicados a una dama
a la que, protegiendo
así su intimidad,
daba el nombre de Safo.
“Gay no, qué digo gay, ¡tú eres un maricón!”
–bramó en tono burlón y luego, carcajeándose,
se fue al bar de la esquina, según dijo,
para curtir su estómago
como lo hacen los hombres.
Lo que el muy gilipollas no sabía
era que cada sábado, cuando iba
al lupanar de moda a emborracharse
y a echar un polvo a alguna puta triste,
Carmina, su mujer, y yo leíamos
a Safo antes de, extáticos,
follar como animales hasta el alba.
11 de enero de 2013
LA CONSTI
La Constitución española es un axioma. Pero también una entelequia, un estilete, un escudo, un objeto olvidado en el trastero, un arma arrojadiza, una amante infiel, un amigo incómodo, un aliado al tiempo que un doble agente, un primo en América, un mimo del Retiro y hasta un regalo pendiente de devolver. Todo depende del cristal de quien la nombra. Ahora andan sesudos juristas dándole la vuelta a la tortilla, española, por su puesto, de la propuesta ¿soberanista? de Convergencia y Esquerra, ese pueblo catalán con carácter de sujeto político y jurídico soberano...que dicho así me dan ganas de explicar que yo tengo en casa dos sujetos soberanos con carácter de dependientes en vías de emancipación en lugar de hijos. Que si encaja o no en la Constitución...¿y qué? Quiero decir, si esta gente quiere emanciparse ¿no harán ya una Constitución Catalana -estoy deseando leerme esa novela de ficción-? Si aceptan los términos de la española ¿no es de facto renunciar al objeto soberanista? Lo que más me fastidia es que la Constitución es una ley inquebrantable para los conceptos ambiguos e intangibles como la nacionalidad. En cambio, para otros mucho más plausibles, necesarios y humanos, el rigor se diluye en los entresijos de la dialéctica: el artículo 47, por ejemplo, que dice algo así como que todo español tiene derecho a una vivienda digna...hasta que venga un banco y se la embargue Ese artículo nos lo pasamos por el forro de la junta de Pancorbo y sus hermanos los colgantes ¿Por qué no nos ponemos rigurosos con éste artículo en lugar de con las rimbombantes nacionalidades? Y quien dice ese, dice el 20.1 y el derecho a expresar y difundir líbremente los pensamientos, o el 21.1 que nos habilita a reunirnos pacíficamente y sin armas...¿aunque sea delante del Congreso? Ahí la Constitución ya no es inquebrantable. Menos sujeto político y más ciudadano de a pie. No os digo yo hasta dónde estoy de los rigores de la Constitución, porque estamos en horario escolar y no se puede decir cojones.
10 de enero de 2013
LA HISTORIA DEL CONSEJERO
Tengo un amigo al que le van bastante bien las cosas. Podríamos decir que es hasta empresario. No tiene demasiadas inquietudes políticas, y de tenerlas son de izquierdas, lo cual técnicamente lo inhabilita como ejemplo, pero nos va a poder valer, seguro. Digamos que mi amigo podría meterse en política. Tener suerte y que su partido ganara unas elecciones. Ir ascendiendo por méritos políticos (es decir, seguir la línea marcada por la franja en la que te muevas) y terminar con un cargo electo de relembrón. De todos es sabido que los políticos se rodean de los suyos. Yo que soy su mejor amigo, que no le voy a traicionar jamás y pese a mi nula experiencia polítca (y hasta profesional, podría darse el caso) soy su mano derecha allá donde vaya. Empiezo a tener un nombre, porque mi amigo asciende y asciende mientras su partido, pese a su manifiesta ineptitud para gobernar, gana una y otra vez, cada cual más inexplicablemente, un nuevo comicio. Así me muevo por cargos de asesor en los más diversos campos de la administración pública. Doy la cara por mi amigo y mi prestigio comienza a crecer. Nunca hice nada relevante, no tomé decisiones importantes más allá de campear un temporar aquí o ponerme al cobijo de una sombra allí...pero voy triunfando en la política. Un día mi amigo, cansado, enfermo, decide abandonar. Pero no me deja sólo, porque soy su proyecto, y gracias a su sombra puedo alzar el vuelo, siguiendo la misma senda por la que él llegó a la cima...porque comicio tras comicio, mi partido vuelve a ganar las elecciones. Ahora podría decir que mi amigo se apellida Aguirre que entonces yo tendría que apellidarme Fernández-Lasquetty, no me quedaría otra ¿A que cuela?
9 de enero de 2013
DÍAS
Hace unas semanas mi hijo me dijo: Papá ¿yo cuantos días cumplo? Como anda ejercitando en el colegio las operaciones mentales, pues allá que estuvimos, entre semáforo y semáforo, haciendo un juego de cálculos. Si tuvieras dos años ¿cuántos días tendrías? Pues 730. Muy bien, entonces ¿si tuvieras cuatro? Pues 1.460. Ajá, así que, como tienes ocho...Pues tengo 2.920. El juego había terminado, digamos que había ganado y yo felicité su pericia matemática. Pero él siguió mirando por la ventanilla del coche. No parecía contento. Más bien al contrario, se me antojaron taciturnos sus ojos reflejando el anochecer de Madrid.
Hay anuncios que tienen la capacidad de calar mucho con muy poco. Algunos dejan una frase que trasciende más que el objeto anunciado. Otros aúnan ambas realidades. Puede que con mi hijo a nivel de marketing UNICEF pinchara en hueso, pero su idea le llegó a donde a mí me interesa que llegue: al corazón y a la cabeza por partes iguales. Cuando la ciudad disipó en cierto modo su tristeza volvió a mirarme. Papá, ¿sabes que hay niños que pasan tanta hambre que celebran los días en lugar de los cumpleaños? Sí, hijo, claro que lo sé.
La ciudad nos engullía con su rutina...
8 de enero de 2013
LUMI
Iluminada, Lumi para nosotros, es una mujer especial. De contrastes. Además es la madre de buena parte de mis mejores amigos. Tres mosqueteros (todos para uno y uno para todos) que son pilares fundamentales en mi vida. Lumi es una mujer marcada por el amor y por la enfermedad metal que trató de aislarla del mundo en numerosas ocasiones. Divorciada del hombre al que sigue amando, tuvo que sacar adelante a mis tres amigos, prácticamente sóla. Encontró en la religión, hasta el extremo, la droga que le permitió sacar la cabeza de la ponzoña de la esquizofrenia. Es un caso de libro, estudiado por los especialistas y que todavía sorprende. Estuvo durante años inmiscuída en la secta de Kiko Argüello. Para ella el amor a Dios lo era todo, y por aproximación, amaba con delirio a sus semejantes. Su grado de bondad siempre rozó el infantilismo. Según fue madurando, al tiempo que la secta le exigía más y más implicación, vio la luz que le permitió darse cuenta que estaba cegada. Ahora ronda el ateismo con la misma radicalidad con la que creía que Dios era la luz de su camino. Mientras tanto no dejó de ayudar a sus semejantes como única droga estable. Y su concepto de semejante está muy alejado del que la mayoría de las personas solemos usar, porque semejante es, como debería de serlo para todos, aquel que nada tiene que ver con ella más allá de su condición humana. Ahora, gracias a nuestro ínclito y olímpico ministro de Justicia, va camino de ser una delincuente. Su afán por ayudar le ha llevado a embarcarse en una mini ONG que funda ella sin bases, ni principios más allá del ¿me necesitas? te ayudo. Sus manos son su herramienta fundamental. Sus manos, su desparpajo y sus ganas. Mañosa como buena modista, trabaja pequeños objetos cotidianos, desde mantas para bebés, hasta broches, todo lo que a uno se le pueda ocurrir que alguien pueda hacer en una casa, y los ha estado vendiendo, gracias a la solidadridad de sus vecinos, en un mercado del barrio. El dinero que recauda va íntegramente para inmigrantes que dada la situación de crisis y de indefensión que vive el país, no tienen otra que regresar a sus países. Son vecinos desesperados que la hacen compañía y la escuchan y le cuentan su vida, mientras ella trabaja esos pequeños objetos que tratará de vender. Y lo hace para que no vuelvan con una mano delante y otra detrás. Porque hacerlo, además del estigma del emigrante fracasado, tiene la del emigrante arruinado. Y tal es la presión social a su vuelta que muchos no han podido con ella y se han suicidado.
Gracias Gallardón, poco me faltaba en esta vida por ver, gracias a sus inhumanas iniciativas, cada vez menos. Lumi, como diría Sabina, cuando tu generosidad sin límites te lleve a la cárcel, no te faltará un bocata con lima...tenlo por seguro.
7 de enero de 2013
2.500 en 2013
Pues nada, que el trece ya está aquí. Como todos los años nos da, no tanto por hacer balance del anterior, que siendo tan rajoniano más nos vale, como tirarno por los buenos propósitos para el año en ciernes. Mi año no ha sido malo, sigo enamorado, mis hijos tienen salud y nosotros trabajo ¿Soy conformista? Pues tal vez, pero tal y como está el patio, me siento el tipo más afortunado de la tierra. Me he sentado en los cuarenta con la inercia de la decandencia empujándome en el culo en forma de dolor de espalda y aunque hay pistoleros que parecen tenerme manía, los pedales me van a servir para no rendirme ante la evidencia. Me he propuesto terminar en mejor forma el año que ahora empieza. Para ello necesito mucha ayuda (la cobertura familiar es indispensable), perder dos kilos (que culminarían el proyecto -15=90 inciado en el 2009 y del que me quedan dos pasitos) y llegar a los 2.500 km ciclistas. Puesto así no sé lo que os parece, pero yo he hecho la cuenta y me parece un reto para el que hacen falta un par de pedales. Porque son casi 50 km a la semana. Es decir, todas, todas, todas las semanas hay que hacerse medio centenar y si fallas, para compensar, el centenar entero la siguiente. Si no hay lesiones, si no hay cambios inesperados en los horarios, es un reto difícil pero no imposible. Ahí está la gracia de los retos ¿verdad? De momento no hemos empezado con muy bien pie. Hoy es festivo. Y no he salido ¿por qué? Pues porque ayer salí a una tienda con mi amigo Gus y sus bicis a comprar algo de cerveza con lo que aderezar la cena y llegué, después de menos de diez minutos de pedaleo, con los dedos atheridos de frío. Al llegar a la cama, calentitos y bien abrazados mi pareja me miró con ojos de gatita triste...y le dije, vale. El resto de la historia no la puedo contar, salvo que esta mañana la bici no ha salido del trastero. Ya habrá tiempo para los 2.500...eso espero.
MICRO (HUMOR PROPIO)
Curiosidades del idioma:
Palabras casi iguales, pero totálmente distintas, en el día a día:
CERCO: Lo que dice que no dejan los quitamanchas
SURCO: Lo que terminan dejando.
Nota: ¿Alguien sabe por qué no puedo subir fotos desde mi equipo al blog? Estoy desesperado.
Palabras casi iguales, pero totálmente distintas, en el día a día:
CERCO: Lo que dice que no dejan los quitamanchas
SURCO: Lo que terminan dejando.
Nota: ¿Alguien sabe por qué no puedo subir fotos desde mi equipo al blog? Estoy desesperado.
6 de enero de 2013
4 de enero de 2013
AMANCIO
Ayer leí que Amancio “Zara” Ortega era la tercera fortuna del mundo. Estamos hablando de 43 mil millones de euros. Cuando se lo conté a mi pareja, levantó la vista del sudoku y me dijo ¿y cuanto es eso? Pues buena pregunta, porque no me hago una idea. Así que para contextualizarlo me ha dado por pensar que en un arrebato navideño de solidaridad el bueno de Amancio decide repartir su riqueza entre todos los españoles y…me tocarían mil euros. Que no está mal. Amancio tiene más patrimonio que PIB países como Serbia, Lituania, Panamá, Bosnia, Estonia, Uruguay o Islandia ¿Qué se hace cuando uno es así de rico?¿qué ilusiones económicas pueden quedarle? Recuerdo que hace un tiempo fue noticia que Amancio donó a Cáritas 20 millones de euros. Así, a bote pronto, parece un acceso de solidaridad considerable. Y otra vez a contextualizar. Digamos que 20 millones de euros para él son como para mí unos 10 euros. Así que la próxima vez que deje dos euros en el sombrero de un músico callejero espero las radios y televisiones haciendo eco de la noticia: Antonio Larrey, responsable de la famosísima página web El Trastero de la Imaginación, ha donado a Marcelo, violonchelista en paro, un 0,01% de sus ingresos. Yo propongo un cambio de tendencia. Que alguien ofrezca una alternativa. Ya que los ricos serán siempre más ricos, si hay bonanza porque la hay, y si hay crisis porque la hay, este año, por ejemplo, tan de crisis, el valor de las grandes fortunas aumentó en ¡¡¡¡182 mil millones de euros !!!! Ya que eso no tiene pinta de cambiar, sin cuestionar la solidadrida de los Amancios y los Bill ¿por qué no una lista de las personas que más trabajos dan en el mundo? O las personas cuyas empresas ofrecen las mejores condiciones laborales y al mayor número de personas del mundo. Hablaríamos entonces de dignidad y cordura. Yo esa lista la consultaría y la celebraría a diario ¿Las otras? las otras me dan para no entender el mundo, para escribir este artículo y para tener algo de lo que hablar en el desayuno. Poco más.
Nota: no puedo subir fotos...
MICRO (HUMOR PROPIO)
Problemas técnicos me impiden subir la foto...
Ya que no puedo subir fotos (¿?) os lo cuento, un cliente va a pagar en el Bar Red Eléctrica, y el camarero le dice: "Sí, es verdad, una caña son 2 euros, pero por la pinta que tienes, lo que has consumido estos días, he estimado que te tomarías 4,5 cañas, así que te cobro 9 euros y ya si eso mañana te lo regularizo si consumes menos..."
Ya que no puedo subir fotos (¿?) os lo cuento, un cliente va a pagar en el Bar Red Eléctrica, y el camarero le dice: "Sí, es verdad, una caña son 2 euros, pero por la pinta que tienes, lo que has consumido estos días, he estimado que te tomarías 4,5 cañas, así que te cobro 9 euros y ya si eso mañana te lo regularizo si consumes menos..."
3 de enero de 2013
LA VARA DE LA ESPE
Es curiosa la doble vara de medir que tienen algunos políticos. Resulta que nuestra nunca olvidada ex presidenta ha pedido una investigación internacional para el caso de su afiliado Carromero. Poco menos que le pide a su Majestad la intervención del Señor James, y a la Marvel la de sus cuatro magníficos. Que digo yo que bastaría con preguntar a quien conducía el coche siniestrado ¿no? Bueno, pues si eres militante del PP y estás en la cárcel te mantienen tu empleo de asesor (dedocracia mediante) en un ayuntamiento (el madrileño, hablando de casualidades) para facilitarte el régimen abierto. En cambio, en Madrid, comunidad que nunca agradecerá lo suficiente el esperetiro, tuvo lugar una fiesta que, como mínimo, superó el aforo permitido y que incumplió decenas de normas de seguridad, de moralidad y de sentido común ¿Consecuencia? Cinco muertos. Adolescentes, eso sí, nada de disidentes políticos del régimen castrista. Ahí, entonces, no hace falta ni superhéroes, ni agentes de la corona, ni juzgado, ni policía municipal, ni perrito que nos ladre. Ni tan siquiera se le puede preguntar a la responsable del Spá, digo, del Ayuntamiento, sobre las irregularidades más que evidentes. Al menos ahora, que ya ha vuelto de su "merecido" retiro, digo yo. Pues nada, ahí no, ahí basta con una cabeza de turco y a otra cosa mariposa. Ahí las cosas están claras. Y no la culpo, porque claras están, los escrúpulos son incompatibles con la rentabilidad, no hay más que revisar eventos como el del Madrid Arena en noviembre, donde se recorta y se recorta hasta la muerte, y esta vez no fue una metáfora. Esta país necesita, y con urgencia, la vuelta de José Mota y su vara. No se me ocurre otra salida. Varas para todos, y no para medir precisamente. Y una guillotina en cada plaza, como sombra siniestra...
2 de enero de 2013
APROPIACIÓN DEBIDA
Me gusta apropiarme de sentimientos que siendo sinceros no me son cien por cien propios. Por ejemplo, me gusta pensar que soy de clase baja, obrera, pero aun siendo hijo de un autónomo y una ama de casa, hoy en día tenemos nuestra propia casa, dos coches y salimos como mínimo una vez al año al extranjero, así que, aun por los pelos, no nos queda otra que aceptar que somos clase media. O de clase en vías de extinción, eso lo dejo al lector. Pero que nadie me haga confesarlo. Nací en Aluche y vivo en Carabanchel, pero me gusta bromear con que somos de Pan Bendito, porque como dicen mis vecinos de La Excepción, me gusta alardear de barrio chungo. Ahora, que me han pegado un tiro en la bici, mucho más. El caso es que tengo una afinidad histórica por los barrios obreros. El chabolismo de la inmigración agrícola de los cincuenta y sesenta, siempre me atrajo. Me encantan las historias como las que estuve viendo hace unos días, en el documental Flores de Luna, sobre la formación de El Pozo del tío Raimundo. Un documental con cierto aire amateur, que trata de tender un puente en el barrio actual y el originario. Aquel barrizal de casas clandestinas se nutrió de la solidaridad y del sentimiento de pertenencia que hizo de rincones como aquel pequeños grupúsculos de autogestión en una España cuadriculada y autoritaria. Por eso pienso, y algo así dejan caer en el documental, que el azote de la droga, que afectó tanto a los barrios obreros durante los ochenta, al mío, por ejemplo, vino bien a aquellos que veían con malos ojos un barrio que había surgido de la solidaridad obrera. Fue un, hala, mirad lo que ocurre si se deja a los obreros rojos solos, sus hijos anarquistas abocados a la droga. En el documental hay varias frases que me han calado hondo. Pero me quedo con una. Una mujer, que dice haber venido al barrio, como en las películas, con un chorizo y cuatro pesetas, contaba como unas navidades había terminado robando en Simago tres pelotas y una muñeca de cartón para sus hijos. Y terminaba la anécdota con un significativo que Dios me perdone…si existe. Ese si existe condensa toda una vida de sí, Dios estará ahí arriba, pero la que me levanto al alba y saco del barro a mis hijos soy yo. A él sólo lo veo si voy a la Iglesia. Que gran verdad.
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