4 de octubre de 2011

SUSTO

Siempre he dicho que el blog es como mi tercer hijo: lo alimento, lo arropo y lo cuido para que tenga un futuro próspero y feliz. Pero hasta ayer no me di cuenta de que era algo más que una metáfora. Estaba en mis rutinas actualizadoras cuando facebook me rechazó un vídeo sobre la Fiesta de la Bici en Madrid por llevar una canción de Fito. No importa, me dije, lo subo a youtube y pongo el link. Cuando abres google trabajas por defecto en una sesión, y si tienes varios perfiles, salvo que te pida la contraseña para entrar, no sabes en cual. El caso es que en el proceso de subida del vídeo me pide algo así como al verificación de usuario. Busco el botoncito para omitir el paso, pero no existe. Así que con la desidia habitual en estos formularios y creyéndome en una sesión distinta, pongo como usuario El trastero, y la fecha de nacimiento 14 de enero de 2007...doy a aceptar y en ese momento me aparece una pantalla indicándome que al no ser adulto, hasta que verifique mi edad, queda el usuario bloqueado. No le doy mayor importancia cuando descubro que se tratra de un correo que sólo mantengo abierto porque con él inicié la andadura en el blog, y porque para verirficar la edad me piden o una tarjeta de crédito o enviar por fax mi documento nacional de identidad. Sigo con el proceso, subo el vídeo, pongo el link y me dispongo a linkar El trastero de la imaginación cuando...¡¡¡¡ madre de mi alma y de mi corazón !!!! habían eliminado también el trastero. Al bloquear el usuario del correo bloquearon también el blog. Entonces vi pasar ante mis ojos más de 1.000 micros, más de 900 artículos, más de 180 frases de niños, casi 100 relatos eróticos...por unos minutos que se me hicieron eternos los di por perdidos. Me imaginé creando eltrasterodelaimaginacion2...No sabía en qué parte del proceso había llegado a la solicitud de actualización. No sabía por tanto volver. Trasteé aquí, allá y después de unos minutos angustiosos, y no me preguntéis como, logré acceder de nuevo. Rellené los datos de forma correcta y, contra mi constumbre, pagué con tarjeta el cargo de 0,30 dólares que, para mi salud mental, permitieron el retorno a la vida de El Trastero. Mi rinconcito bloguero estuvo durante unas horas en coma, en muerte blogueriana. Así que mi Trastero y yo hemos vivido nuestro particular anuncio navideño de forma anticipada: vuelve, a casa vuelve...

1 comentario:

Yuly dijo...

Me recuerda a un intento de registro de un iPad para el presidente de mi empresa. Como no quería que figuraran datos personales, se me ocurrió poner la fecha de creación de la empresa (01-01-2005). A partir de ahí no había manera de registrar el “bixo” en cuestión, ni siquiera hablando con el servicio técnico de Apple que me pedían de todo para confirmar que no era menor de edad. Al final lo conseguimos, pero no fue fácil.