15 de octubre de 2011

AGUIRRE, QUÉ CÓLERA, ¡POR DIOS!

Cuando al fin llegó Aguirre hasta El Dorado olvidó las promesas a su tropa, y en vez de gloria y oro diole estopa con ira a cada atónito soldado.



Tirano, del recorte obsesionado,

diole incansablemente a quemarropa

a lo rebelde verde por la popa;

por recortar cortó el mismo salvado.



Infausto Robin Hood, por travestido,

los frutos del recorte dio a los ricos,

del pobre la esperanza haciendo añicos

de tal modo que al cabo es conocido

como Desesperanza. ¡Con presteza!,

ya es hora de cortarle la cabeza.

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