5 de octubre de 2011

1.000 DÍAS

A finales del año 2008 me miré al espejo y me gusté menos que nunca. Acaba de ser padre por segunda vez y el deporte era esa sección que ocupaba las últimas páginas del periódico. Como una hormiguita había ido acumulando vida sedentaria y kilos hasta que en la última revisión habían eliminado el adjetivo "tolerable" del sustantivo "sobrepeso". El primer paso fue comprarme una báscula que evidencia lo que el espejo venía dicéndome: 105 kilos. Era demasiado. Así que me propuse un plan: llegar a los 90 en cuatro años. Acaban de cumplirse 1.000 días desde que una mañana me pesara y dijera basta. Hoy he pesado 93,2000. No he sido un velocista en esto de rebajar mi peso, porque no he dejado de comer bien todos los días, ni la pasta, ni el chocolate, ni mucho menos la cerveza. Simplemente he dejado de ser un caprichoso, hago cenas mucho más ligeras y, sobre todo, mucho, mucho deporte, todo lo que puedo. Y esa es la idea que vengo a vender: el deporte. Da igual andar, que correr, que nadar, que la bicicleta, que el body jamp, que el partido de los domingos con los colegas, que subir al monte. Lo único que adelgaza, de verdad, y tonifica, y te hace estar saludable es el deporte. Matemática pura: lo que entra-lo que sale=tu peso. Y ¿sabéis una cosa? te sientes bien. Es posible que, como padre, esta idea sea peligrosa, la de supeditar parte de tu felicidad a tu aspecto físico, pero cuando termino de hacer 70 km en la bici, después de haber pensado que eso era imposible, no es el espejo el que me da el premio, suspiro y digo, cojones, que grande soy. Eso sí, después me siento y ya no hay quien me levante. Y eso me hace sentirme bien. Esa idea, la del esfuerzo, sí que quiero venderla a mis hijos. La de sentirme bien frente al espejo la dejo para la intimidad.
Nota: evolución de mi peso:

1 comentario:

ralero dijo...

No creo que en general se haga deporte en función del aspecto físico -yo no lo hago así-. Aunque haya casos particulares. Pero hacer deporte es algo que contribuye a la felicidad, pues previene muchas enfermedades que se cronifican y que son una tortura para el que las sufre. Y muchas de esas enfermedades están asociadas también al sobrepeso.

Abrazos.