HUGUITO

Pues sí. Ya está aquí. Con su pelito moreno, sus ojitos, sus enormes manos arrugadas, su boquita de piñón. Cuando ya eres padre y el segundo está en camino te haces la gran pregunta: ¿tendré amor para los dos?¿no lo gasté todo con su hermano mayor?. Los que ya han pasado por esto te miran y sonríen, tranquilos de que el tiempo nos vaya dando las explicaciones pertinentes. Pero es verdad que el segundo viene con una carga adicional. Lo vives todo con más naturalidad, el miedo a lo desconocido te atenaza cuando eres padre primerizo, piensas que cualquier error puede ser fatal. En cambio, con el segundo, vienes en las bandoleras con los errores cometidos en el primero (errar no era de sabios, era de padres) y no es que te creas haber alcanzado la perfección paterna, sino que comprendes que el error forma parte del proceso.
Os voy a pedir perdón de antemano, pero tardaré unos meses (tal vez semanas si las dosis de realidad y rutina son las adecuadas) en salir de este atontamiento. Seré algo pesado, pero ¿quien mejor que vosotros para escuchar a este padre repetidor?.