Ya lo decían de 20 años, así que haceros una idea de lo que son quince días, un suspiro, un estornudo, un microorgasmo. No me ha dado tiempo ni a enterarme. Ayer, como quien dice, estaba descolgando la camisa del armario de la habitación del hospital para traer a Hugo a casa y al mismo tiempo estaba preparándome la que llevo hoy en mi vuelta al trabajo. Han sido quince días de baja paternal que han pasado volando. Y eso que han sido duros, administrativa y morfeísticamente hablando. He estado más tiempo con tareas de registros y haciendas que realmente durmiendo. Pero no puedo quejarme, no porque estoy es algo por lo que hemos pasado todos (la memoria es muy frágil) y lo hemos elegido (la mayoría) de forma voluntaria. Ser padre es duro, y los primeros meses más. Hoy, cuando ha sonado el despertador, (curiosamente era un extraño momento de sueño de toda la familia) no sabía si era sábado, domingo, vacaciones, si me había despistado, si era la siesta y tenía que ir a por el mayor al cole...Ahora, reencontrado con mis teclas, con mis papeles (con mis muchos papeles, no sé quien los ha regado en mi ausencia, pero crecen con una facilidad que asusta), mis correos (idem), y me da la impresión de que nunca salí de aquí, que los quince días han sido una espumosa bruma, un sueño. Así que voy a llamar a la supermamá para ver como han ido esas primeras horas con los peques en soledad y recordar que soy padre, por partida doble...madre, que duro.
16 de junio de 2008
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2 comentarios:
¡Que te sea leve la vuelta!. Ánimos !
Saludillos
es cuestión de ir cogiendo el ritmo...¡ánimo!.
si,si, vino el ratoncito perez y menuda sorpresa se ha llevado paula cuando ha visto que le ha traido una mochila pequeña que tanto le gustaba... y es que es una suerte q el ratontico pérez sepa lo que nos gusta....
besos
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