Cuando la lánguida rama
A Hugo, por si en el futuro.
Cuando la lánguida rama,
no soporta ya más peso
y se quiebra en un suspiro
con acordes de lamento
es el momento preciso
de desplomarse al abismo...
O volar surcando el cielo.
(Ten tus alas bien dispuestas
para henchirlas con el viento).
Gracias, Rafa.
1 comentario:
¡Qué maravilla!
Te deseo, Larrey qus seas viento para esas alitas en tanto ellas no puedan por sí mismas emprender vuelo; A Hugo le deseo muy felices vuelos por esos cielos de la vida;
al poeta, le felicito, por esas palabras sintientes
Abrazos
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