CALORÍAS

Ayer hice mi rutina a cubierto. 30 minutos de bici sin mover el culo. Ya me he acostumbrado a eso de pedalear y no moverme del sitio. Hay bicis nuevas en el poli, y tienen funciones chulas. Programé una rutina: mínima resistencia 10, máxima 22. Aun teniendo un pedaleo constante y sin poder apreciar repuntes en mis ritmos cardiacos, algunas subidas me sacaron el resuello. Vamos a darle duro, me decía, mientras las gotas de sudor salían con tanta profusión que me daba miedo empapar a mi compañera de actividad, tan bien vestidita ella, Decatlhon mediante. Los treinta minutos se me hicieron más largos que una película de Garci, y sudé tanto que dejé una sospechosa mancha en el suelo, de tal calibre que pareciera que la incontinencia geriátrica me hubiera sobrevenido de golpe. Al terminar, recuperando el aliento con la poca dignidad deportiva que me quedaba, disfrazaNdo la falta de aire con ejercicios respiratorios de recuperación, revisé mis registros: más de 12 kilómetros, 119 pulsaciones, 30 minutos de rutina y ¿356 calorías quemadas? pero ¿está de coña la bicicleta o el que la programó? Vamos, que ni 100 gramos de carne de cerdo. Ya no te digo unos gramitos de de queso enmenthal o un puñado de almendras. Y si ya me da por tomarme 100 gramitos de patatas fritas tengo que quedarme pedaleando hasta que la de la limpieza pierda la paciencia. Para bajar un cubatilla y unas olivas ¿qué tengo que subir el Turmalet después? Me dejó helado, Bueno, helado no, que son casi 500 calorías...