Odio las páginas que pretenden dejarte encerrado. Entras con un link directo (que no abre una nueva ventana) echas un vistazo y cuando quieres volver, pues que no te deja. Das a la flecha de volver y nada, que patina el navegador y te quedas donde estás. Me ha pasado con la página de una editorial y no lo entiendo ¿Qué es lo que esperan?¿Que digas anda, si no me dejan salir, pues ya que me han encerrado voy a ver si les compro algo?¿Qué clase de ingenieros del marketing han ideado esta malévola e infalible estrategia de ventas por Internet? Es como si entraras a la FNAC, te das una vuelta, cotilleas, ves lo que hay y cuando vas a salir la puerta está cerrada. Es más, la empujas y en tus narices se te cierra sin dejarte salir. Tantas veces como lo intentes. Y tú, en lugar de llamar a la policía ¿vuelves a entrar y te llevas lo último de Reverte y un disco de El Combolinga? Pues no. Esto no funciona en la vida real, así que ¿por qué tenía que funcionar en la red? Es más, a nadie, seguro, se le va a ocurrir la siguiente vez abrir en una hoja o pestaña nueva y mandar a tomar bits a la página del bucle. Ahora que me doy cuenta yo sufro algo parecido, el #Mahou. Entro en un bar, pido una fresquita, me la tomo a la salud del torrezno de compañía y me voy hacia la puerta. Entonces la almohadilla me da un toquecito, me dice ¿otra? y chico, que casi siempre caigo ¿Unas Gildas con la birra? ¡ Hecho !
18 de mayo de 2011
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2 comentarios:
Oye, pues he probado y no me deja encerrado como dices, igual era cuestión de tu navegador, un saludo.
Anda, en eso sí que no había pensado, mira la ignorancia...
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