28 de mayo de 2011

SONETO DEL DESALIENTO

El légamo sin vida que ahora ves
Ahogándose reseco en náusea viva,
Ha tiempo fue un ensueño a la deriva
Buscando aliento lejos del ciprés.

Mas algo –un no sé qué- ocurrió después, Que transmudó el aliento en sombra esquiva Y al sueño en pesadilla que derriba Los últimos baluartes de su fe

En ser barro hecho carne. Y ahora ansía, Sin hálito ninguno que lo alumbre, Mudarse eternamente en queda herrumbre,

Librarse de la asfixia; y qué no haría
Por dar bajó el ciprés con su osamenta
Gastada por la vida desatenta.

1 comentario:

Teresa Gerez dijo...

comparto sentimiento, muy bueno