LAS FRASES:
Escribe una interesante carta a la directora un lector de El País. Se autodefine como una persona racializada y viene a poner sobre la mesa una frase muy usada y ofensiva: trabajar como un negro. Y yo me pregunto si esta persona está libre de esta cojera. Y no lo digo con espíritu crítico, sino más bien autocrítico. Porque en esa tarea me encuentro, y siempre hay alguien que me recuerda una o dos frases que no entran en mis cautelas. Porque esto es un coñazo, lo sé, no es cojonudo ni te lo vas a pasar teta. Es un trabajo de chinos, y eso sin que haya una sola oveja negra, ni una mano negra que nos lo impida, porque no hay duda de que es una merienda de negros. Pero vamos a ello, sin mariconadas, sin parecer que corremos como una niña, porque este trabajo es cosa de hombres, aunque sabemos que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer, aunque algunos van como gitanos...y paro aquí porque se me empiezan a revolver las teclas.
El lector tiene razón, en todas las dirección, sin un especial sentimiento de culpa, entendiendo que es algo a medio o largo plazo, y que una cosa es una frase y otra una actitud, pero tenemos que ir limando los sexismos, machismos, edadismos, racismos y tantos ismos de nuestra forma de hablar.
¡A por ello!
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