Un tipo llegó un día a casa antes del trabajo. Según va entrando encuentra extrañas evidencias de lo que parece evidente. Sólo hay luz al fondo del pasillo, en la habitación que comparte con su esposa. ¿Cariño?- pregunta nada más entrar-. Sí, cielo, estoy en la habitación. ¿Y qué hace esta camiseta de chico que no es mía tirada en el salón? Una sorpresa, mi vida, estuve de compras. Ah, gracias, ¿y los pantalones? Venían en el mismo pack. ¿Para qué me has comprado zapatillas de deporte si sabes que no uso? Pues por eso, para que empieces a usarlas. Mientras tanto el hombre se va acercando más y más a la habitación ¿Y los calzoncillos? En el mercadillo, también una oferta ¿Y tu ropa por el suelo? Ay, cariño, es que no te puedes imaginar el calor que hacía en casa cuando he llegado ¿Y qué haces desnuda y sudando en la cama?¿No te digo? pues eso, el calor que hacía cuando he llegado. Ah- sentencia el hombre- estoy cansado, voy a cambiarme de ropa. Al abrir el armario descubre que hay un hombre desnudo dentro. Éste, ni corto ni perezoso, le espeta: ¿Usted se ha creído todo lo que le ha contado su mujer? Pues sí, la verdad- contesta el incauto marido.- Ah, en ese caso, si no le importa, cierre la puerta porque yo me bajo en la próxima.
Tú, votante del PP, eres quien está volviendo a casa, y vas caminando por el pasillo, y te encuentras los recortes, las cospedales, las televisiones de plasma, los gallardones, los wert, las promesas incumplidas...espero que, cuando en las próximas elecciones abras el armario y las urnas te pregunten si has creído a este gobierno, no te olvides de este sencillo chiste, de no ser así será culpa tuya que los demás no podamos bajarnos en la próxima...
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