Me gusta. Sí, me gusta el candidato socialista. Bastaría el odio de la derecha para que tuviera mi bendición. Pero ese odio es más bien irracional, por mucho que los medios afines lo vendan como una garantía de su bondad como candidato de la izquierda. Me gusta por como ha gestionado sus responsabiliades de gobierno, que es la misma razón por la que la mayoría de la derecha ve en él al mismísimo Belcebú. Me gusta porque es un tipo inteligente (eso ni la derecha lo podrá negar), porque asume su responsabilidad y ¿por qué no decirlo? porque tiene muchos gestos que alimentan el humor patrio, y eso es bueno para un político. Pero casi por todas estas mismas preguntas dadas la vuelta me surge una idea fagocitando su discurso: ¿por qué no antes? Es la pregunta que nunca le puedes hacer a la oposición, pero a un gobierno cuando te vende la burra te dan ganas, y lo hacemos a nuestra manera (perdiendo la confianza y ellos el voto), de preguntarles por qué no han sacado la burra hasta las elecciones. Cualquiera de las medidas que promete, como buen político que se precia, son beneficiosas para todos (izq y dch) entonces ¿por qué no las han puesto en marcha en estos ocho años? Esa simple pregunta es la que hará a mi papeleta temblar peligrosamente frente a la ranura de la urna.
25 de julio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Solo tienes que plantearte la otra opción para que la papeleta caiga en la urna por su propio peso...
¿La otra opción? Eso es imposible, uno es como es, por muchas dudas que tenga no va a traicionarse.
Publicar un comentario