MOMENTO INCÓMODO

Mi vida, como la de todos, o eso espero (consuelo de muchos mal de tontos...), se jalona con una interesante cadena de situaciones incómodas. Hoy, y no me preguntéis por qué, he recordado una. Hará casi de dos décadas del suceso. Me había hecho artesanalmente un llavero de Bart Simpson (una novedad por aquellos tiempos) Todo ocurrió en un garito de barrio, no muy grande, en el que nos encontrábamos como en casa. El amanecer acechaba tras la última de "La Guardia" y el contador de cubatas se había ido a dormir agotado. Fui al baño, que me pareció más estrecho y sucio que nunca y con la chulería de la adolescencia mee con una mano en el bolsillo. Bolsillo del que sobresalía Bart. La otra, para asegurar el equilibrio, en profesional y arquitectónico ángulo recto con la pared. Los cimientos de mis dedos cedieron, o eso me pareció y dedicí proteger lo más importante, así que saqué la mano con fuerza, para mi desgracia, arrastrando en su salida las llaves, que también arrastraron a Bart y ambos, llaves y muñequito, ayudados por una insensible gravedad, descendieron hasta el pozo más profundo del váter. Debí estar unos segundos sin creerme lo que acababa de pasar: se me habían caído las llaves a un váter de bar en el que el uso de la cadena era una anécdota. Pese al estado etílico no necesité de las matemáticas para hacer un cálculo de las micciones que habían precedido a la mía, así que enfundé a mi amiguito y pedí perdón a Bart por abandonarlo en semejantes circunstancias. Solo cuando buscaba dinero para el último cubata caí en la cuenta, con Bart estaba también, no solo las llaves de casa, sino el don de la invisibilidad futura. Así que volví, porque quizá Bart no merecía el escatológico esfuerzo, pero la cara de mi padre abriendo la puerta a las siete de la mañana a su hijo borracho sí, así que, haciendo de tripas corazón, bueno, más bien intentando que las tripas no se salieran por la boca...¿os imagináis el resto?