BLANCO Y EN BOTELLA...:
En los últimos años (desde la pandemia) se ha reducido casi en un 5% el número de alumnos en las universidades públicas, lo que no es una cifra especialmente significativa, salvo que si la comparas, en ese mismo periodo, con un aumento de más del 50% en alumnos matriculados en universidades privadas. ¿Casualidad? ¡No lo creo! Se trata de una política intencionada y continuada, la infrafinanciación y abandono, para el desprestigio inevitable, y el crecimiento, por oposición, del prestigio del ámbito privado. Soy de letras, pero me gustan mucho los números. Y como soy tan simple como el mecanismo de un chupete, no necesito demasiado. Soy un boomer (¿se ecribe así?), tengo más coetáneos que generaciones posteriores. Todos, o casi todos, con más o menos suerte, pudimos, los que quisimos, estudiar en la universidad pública. ¿Qué ha cambiado para que ahora sea casi una quimera? Una cuestión de oferta, y si gran parte de los que terminan en la privada es porque no pueden en la pública ¿se entiende la estrategia? No es nueva, es un modelo que ya veníamos viendo, tanto en educación como en sanidad, así que lo que comenta CCOO en su informe ya está más que demostrado. Es una pena, pero es así.
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