¿SON LO QUE PARECEN?
Tengo una camiseta que reza: dudo, luego existo.
Y es verdad, creo que si algo nos define como especie es nuestra eterna duda. Eso no tiene que ver con el terraplanismo y sucedáneos, que navegan más en el fango del encefalogramismo plano.
Las cosas no son siempre lo que parecen, incluso aquellas que percibimos de forma meridianamente clara, por sentidos incuestionables. Os pongo un ejemplo simple pero muy ilustrativo...
Todos los días hago una horita de ejercicio en casa entre las 6 y las 7 de la mañana. En mi rutina está saludar al perro, que dormita en el salón. Él, que es una máquina rutinaria, sabe que si es de noche, si no le hablo, si solo lo acaricio, es que no toca comer y salida, que hay que esperar. Después hago ejercicio en otra sala, con la puerta cerrada y la radio puesta. Sé que él la escucha, su oído es muy fino. En cuanto la apago, empieza a gemir, pidiendo su ración. Todos los días. Sin excepción. Mi realidad es clara: sabe que al terminar la radio voy a ir a darle la comida...¿incuestionable? Pues sí, porque mi familia me ha dicho que mi percepción es errónea, empieza a gemir antes, pero como yo tengo la radio puesta, solo lo escucho cuando la apago...
Así funcionamos y mejor nos iría si apagáramos el ruido de nuestras certezas y estuviéramos abiertos siempre a una cara B...
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