21 de enero de 2025

 EL JUEZ DE LOS COJONES (y nunca mejor dicho)

Soy partidario de la presunción de la inocencia, ya sea un robo o una violación. Pero igual que los jueces rara vez cuestionan a los robados su intención de no ser robados (¿seguro que cerró usted la puerta de su casa...?) es bastante común encontrarlos poniendo en tela de juicio a las que han sufrido las (supuestas, seamos políticamente correctos) agresiones sexuales (¿por qué no se marchó si no le gustaba?) Tenemos un ejemplo hace unas horas. Las preguntas del juez a Elisa Mouliaá (caso Errejón) son vergonzosas y vergonzantes para toda la institución judicial, aunque también son solo una piedra más en la construcción de un edificio, el de la Justicia, caduco y cavernícolamente sexista. Todo forma parte de la misma obra, distintos actos, pero misma dirección y argumentario. La justicia española cojea ostensiblemente por la derecha, una cojera endémica que hace que la maquinaria traquetee y falle estrepitosamente. Yo no creo en la justicia, no puedo creer en una justicia ejecutada por tipos que hacen preguntas como “¿No sería que usted sí quería algo con ese señor y al no responderle, le denuncia?” Esta, aunque te parezca increíble, no es la pregunta del abogado defensor, sino del juez, que no es otro que el tipo que debe dictar sentencia. No, no creo en los jueces, me lo dicta la experiencia, lo que leo y veo a diario, y por ende, tampoco en la justicia. 

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