EL VALIENTE:
De un lado tenemos a Akapo, jugador negro del Cádiz CF, nacido en Valencia (padre ecuatoguineano, madre española). 180 centímetros de altura y en el estado de forma propio de un deportista profesional. Al otro, un desconocido aficionado, pertrechado de su bufanda y un abrigo "plumas" que no nos permite valorar su estado físico, pero a tenor de los hechos intuimos más aficionado a la barra de bar que a la del gimnasio, y más al chascarrillo con torrezno que a la reflexión de enjundia en biblioteca pública. Cuando el jugador profesional es sustituido y camina por la banda hacia el banquillo, es insultado por el aficionado, que profiere en su contra gestos (imitando a un mono) vergonzosamente racistas. El jugador recrimina la acción y el aficionado, protegido por la insalvable distancia que marca el sentido común de este tipo de deportistas, siguió hasta que otro aficionado intervino para frenar sus insultos. No voy a valorar actos que se valoran a sí mismos sin necesidad de mucha reflexión. Pero sí que me hago una pregunta: me gustaría saber si este aficionado, tan interesado por la zoología y la gestualidad de nuestros hermanos los primates, estaría dispuesto a compartir estos conocimientos en una habitación cerrada por fuera en la que estuvieran él y Akapo, el insultado, solos durante un par de horas. Me pica la curiosidad, oiga.
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