RAFA:
Empezaría este artículo diciendo que Nadal no es perfecto, pero me parece excesivamente arrogante aseverar, con ello, que yo tengo los parámetros para evaluar la perfección. Así que bajemos al terreno de la humildad y digamos que no todas las decisiones (de orden público, las privadas no me competen) que ha tomado son de mi gusto, pero así, en general, sin género de dudas, lo que me sale es un gracias. Gracias en lo particular como aficionado (más patriota de lo que mi cojera pudiera presuponer) al deporte y también en lo menos particular, como padre, por generar en mis hijos, deportistas, tantos ejemplos de los valores que queremos mamen en la práctica de su actividad. Sí, gracias. Es así de simple. Mi abuela decía que es de bien nacidos se agradecidos, así que agradezcamos.
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