JUSTICIA AY, JUSTICIA.
Un hombre (siento si con este sustantivo algún otro hombre pueda sentirse ofendido por la comparativa o inclusión...) la emprende a palazos y martillazos contra su pareja. Por suerte no la mata. La condena, así, de primeras, es la de no acercarse a ella. Los vómitos no me han dejado seguir leyendo, así que tampoco sé si lo castigaron, cruelmente, sin postre y sin televisión por la noche...
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