LOS SEÑORITOS DE LA PELOTA:
Seguro que estáis al tanto, aun así os lo resumo: un avión se vacía de pasajeros legítimos, entiéndase como legítimos los que han comprado un billete, han acudido con tiempo al aeropuerto, han esperado pacientemente su turno...para que los jugadores del SEVILLA FUTBOL CLUB pudieran regresar a su casa, ya que su avión tenía una avería. En fin, yo creo que no merece más tinta, es que la cera que arde es la que da luz. Vamos, que está todo dicho, señoritos de la pelota que importan más que el ciudadano ordinario lo sabíamos, pero perder derechos de forma fragrante y directa es una cosa distinta a que ellos vayan a un restaurante y les den una mesa que a mí no me dan por mucho que llame. Imaginad estáis en un restaurante, por seguir con el símil, comiendo, llega el dueño y os dice que os tenéis que levantar porque viene Sergio Ramos y no tiene mesa. Pues así de simple fue, aunque todavía más gravoso, ya que el derecho al transporte está por encima del ocio. Yo, si fuera futbolista del Sevilla y hubiera estado en aquella expedición me hubiera quejado, de hecho es probable que hubiera renunciado a viajar con el equipo, porque me costaría dormir esa noche pensando que por mí hay alguien colgado que no lo merece, en el aeropuerto. Me gustaría ver la cara o saber quien fue el que hizo la primera llamada, orgulloso, diciéndose o diciendo, eh, tranquis, esto lo arreglo yo, mañana entrenan a primera hora con ocho horas de sueño, por estas. Me suelo acordar, con estas cosas, mucho de cierta parte de la fauna, concretamente de la madre del topo.
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