COSIFICAR...O NO COSIFICAR:
Leticia Dolera ha criticado la cosificación de la mujer en el Mutua Madrid Open censurando la utilización de minifaldas por parte de las recoge pelotas. Al mismo tiempo ha salido a la luz la portada de la revista FHM donde la criticante aparece con un generoso escote y una pose sensual, mirando a cámara con el pelo mojado. ¿Queréis mi opinión? Va en un doble sentido. El primero el lastre de las feministas activistas que se atreven a opinar, son auditadas con lupa en su vida privada a un nivel que en ningún otro sector se acerca, ni de lejos. Y segunda dirección, os pongo un ejemplo. Acudo a un pub, me atiende una camarera guapa, alta y que me recibe con una sonrisa y un generoso escote que, como diría Goyo Jiménez, no hace sino realzar la natural turgencia de sus pechos. Hay dos posibilidades. Que esta camarera decidiera su estilo de vestimenta y que guste de enseñar lo que es suyo. O que, sin ser su intención, ni voluntad, ni costumbre, el jefe, para mantenerla en el trabajo, la obligue a llevar el escote, y quien dice escote, dice minifalda a ras de césped, ombligo al aire, etc, etc, etc. El escote es el mismo, las circunstancias totalmente distintas. Y vaya por delante que no creo necesario que las chicas que asisten en los partidos de tenis deban llevar minifalda, con unos pantalones cortos, como los de los chicos, estarán bien monas y enseñarían la misma parte de carne, pero de otro modo. Un uniforme laboral, amén de ser funcional, debe guardar directa relación con las funciones de quien lo lleva. Y para recoger pelotas no es necesario el vuelo de una minifalda. Ser actriz es otra cosa...
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