8 de mayo de 2023

 CHASCARRILLOS: 

Los que somos del chascarrillo benévolo tenemos la vida más complicada con la inmediatez que nos rodea. Nos obliga a actualizarnos y eso hace de nuestra "profesión" algo incómodo. Y cuando eres padre, más todavía. El problema es que el chascarrillo, la frase hecha, como los refranes, son como el acento, un deje del que es muy difícil desprenderse. Y lo intento. Os juro que pongo empeño en deshacerme de aquellos ya demasiado viejunos que hacer torcer el gesto a mis hijos. Lo he conseguido con la cagaste "Burlancaster" pero ayer mismo aparqué sin maniobra a la primera y solté un toma jeroma, pastillas de goma, con demasiado sabor a  TicoTico. Y no siempre son frases copiadas, tengo en mi acervo varias, quizá demasiadas, de cosecha propia. Y claro, uno no anda rondando el buscador para actualizarlas. Para eso están los jóvenes. Hace unos días íbamos en el coche los cinco, que el peludo también iba, y hablando sobre lo grande que era una ciudad, les dije que Móstoles era la octava ciudad más grande de España. Normalmente, hace quince años, eso era ley; alguien categorizaba de ese modo y era tal el esfuerzo por el desmonte que pasaba a ser axioma. Aquel día, antes de que volviera a cambiar de marcha, mi hijo me espetó: pues ahora, papá, no está ni entre las diez primeras. Así que nada, a partir de ahora, alucina pepinillos, tendré que estar al loro, y antes de darme un voltio por mis frases recurrentes, para que mis hijos no flipen en colores y me manden a freír espárragos, tendré que revisar su vigencia. Aunque, bien pensado, ¿por qué no les digo qué pretenders...?

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