EL SEÑOR DE PARIS Y EL DE LOS 16 AÑOS:
Lo dice un señor en París, me da que rasgándose las vestiduras, ante los movimientos sociales en contra del retraso en la edad de jubilación: un chaval de 16 años- argumenta el aludido- defendiendo la edad de jubilación. Y es tentador caer en la trampa, pero basta pensar desde la isla de la crítica para que los palos del sombrajo se desmonten. Me gustan las matemáticas, más cuando no tengo que examinarme y las utilizo al escribir. Con ellas hago un cálculo, la edad media de paternidad en Francia debe ser similar a la española, treinta y pocos, con lo que los padres de este chaval andan acercándose a los cincuenta; digamos que a esa edad uno ya piensa más en su jubilación que en el precio de los cubatas. Así que, por muy nihilista que sea uno, no queda menos que aceptar que se muchacho, voluntariamente o no, está defendiendo los derechos de sus padres. Además, si un chaval con esa edad no tiene ganas, y la necesidad si me apuráis, de salir a la calle a defender derechos, como modo de vida ¿qué futuro le espera en la madurez? A lo mejor es que, en el fondo, por mucho que despotriquemos, nos encanta (al menos a una parte) que nuestros hijos se dediquen, solo, a jugar al Fornite y a ver videos de Tiktok.
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