¡¡¡¡ POR LA TRADICIÓN !!!
O como se diría en España: de toda la vida. Nieves Concostrina cuenta historietas de la historia, algunas muy curiosas, en La Ser. Pillé al vuelo y conduciendo una de la que no puedo dar demasiados detalles. Parece ser que los soldados franceses, si los rugidos de la circulación me permitieron entenderlo bien, vestían, allá por el belicoso diecinueve, de rojo y azul; y no por casualidad, sino porque eran los colores patrios. Pero además de ser una muy gabacha elección cromática, convertía a los soldados en un blanco perfecto. Vamos, una diana al uso, que se les veía una semana antes de llegar al campo de batalla. Mentes preclaras del ejército hicieron ver ese detalle, que si no cambiaban los colores a los soldados, estos caerían como chinches. Pues en un primer momento no se hizo el cambio porque los gerifantes de la tradición, del como Dios manda y el toda la vida, bramaron con un ¡cómo vamos a cambiar los colores nacionales a los soldados! Esa sería una ofensa sin parangón. Supongo que alguno, porque eso viene de lejos, diría aquello de "sería la mayor ofensa a la historia de la nación". El caso es que como caían y caían, y veían que les iban a sobrar los uniformes rojos y azules a falta de soldados, pues rebajaron los improperios patrióticos y claudicaron ante el sentido común. Este tipo de historias me recuerdan que tendremos móviles, satélites, telecirugía, pero no cambiamos tanto como parece...