el trastero de la imaginación

 DE IMPUESTOS: 

Alicia trabaja en una gran empresa. Es madre de dos niños y acaba de cumplir 45 años. Estudió en un colegio público, después en un instituto público. Se licenció en una universidad pública. Ha ido al médico en este casi medio siglo de vida unas 200 veces. Amén de los partos, uno de ellos por cesárea, estuvo ingresada cuatro días por una operación de rodilla y otros cuatro por una apendicitis. Recibió becas de estudios dos años y disfrutó del subsidio de desempleo durante cuatro meses. Sus compañeros tienen historias similares, tal vez un par de meses más de paro, menos visitas al médico, más o menos becas, puede que estudios por lo privado. Hoy, su empresa, es muy solvente y tiene enormes beneficios. Cuando paga impuestos no está sufriendo el atraco de un gobierno filocomunista. Sin más está devolviéndole a la sociedad todo lo que le debe. Porque sus beneficios, por mucho que los gurús del marketing y los vende humos, quieran sacar pecho, dependen en gran medida de enormes y complejas imbricaciones humanas y sociales. Son matemáticas puras y sentido común, ya sabéis, ambas, en esto de la política, poco comunes...