13 de enero de 2022

 


RENCILLAS Y GREGARISMO: 

Ayer se jugó un partido de fútbol (mañana hablaremos de dónde...). Que digo partido ¡partidazo! Lucha en igualdad, ida y vuelta, goles y deportividad, mucha, mucha deportividad. Me retrotrajo a los tiempos de Mou y Pep, donde un Madrid/Barsa era una batalla, antes, durante y después. Y con más contendientes, es decir, nosotros, de los razonables. En aquella época me di cuenta de que también había caído en la trampa de gregarismo, del arrabalismo y discutí por última vez por algo así como una pelota. En la política veo que somos iguales, muy cristianos todos, o estás conmigo o estás contra mi, como si mi vecino tuviera voz y parte en lo que hagan los suyos o yo pudiera influir en lo que me reclama hacen los míos. Los malos pescadores siempre necesitaron de las aguas revueltas y nosotros, que ni pinchamos, ni cortamos, ni tenemos caña, nos encargamos, a manotazos, de mantenerles el negocio revuelto. Somos un país en el que los malos pescadores no solo viven bien, sino que tienen muy buna prensa. Pues a mí me gusta más lo que vimos ayer, con Jordi Alba intentándole quitar a Carvajal la pelota en un saque de banda, como Cristiano y Pep, pero entre risas, las lógicas de unos compañeros de trabajo y de selección. Aprendamos, que parece ser que sabemos. 

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