26 de septiembre de 2013

MÁS ALLÁ DEL ÉXODO (EL POETA DE GUARDIA)

Yo soy antiespañol, antiespañol, antiespañol



“El lugar no tiene representación porque su realidad y su representación no se diferencian. El lugar es el punto o el centro sobre el que se circunscribe el universo. La patria tiene límites o limita; el lugar, no. Por eso tal vez fuera necesario ser más lugareño y menos patriota para fomentar la universalidad.”



José Ángel Valente



Porque de bien nacidos

es ser agradecidos,

es frecuente que el ser

humano se conciba,

tanto o más que del sitio

donde estuvo su cuna,

del lugar donde tiene

el plato en el que come

y el techo que lo abriga.

Es por esta razón

que, en plena posesión

de mis amotinadas

facultades mentales,

hoy me declaro apátrida

y, aun más, antipatriota.

Porque en este país

en el que, amén de haber

nacido, aún tengo, humildes,

mi hogar y mi chinero,

aquellos que presumen

de pedigrí patriota

han despojado, aleves,

a cuántos lugareños

de cuna o que llegaron

allende el mar huyendo

del hambre y la miseria,

de pan y de morada.

Yo soy antiespañol,

antiespañol -así

de claro- y me prometo

no renunciar a serlo

hasta ver enterrados

en el mar a estos pérfidos

vendepatrias que han hecho

de la patria su emblema

privativo y su coto;

hasta no sea devuelto

al pueblo lo robado

y amanezca una nueva

España que en lugar

de patria miserable

-prisión, mazmorra y tumba-

propiedad de unos pocos,

sea de todos un próvido

lugar para la vida.

25 de septiembre de 2013

JEFAS

He leído al economista Ignacio Buqueras decir que si mandaran más mujeres, habría mejores horarios. Y la verdad es que me ha hecho pensar. Aunque es evidente que las proporciones no son ahora las que alimentaban el machismo ibérico de antaño, si te fijas en los patios de los colegios a la salida, la mayoría son mujeres. Mucho o poco, siempre nos ganan. En las salas de espera del médico, tres cuartos de lo mismo. No es que, como hace treinta años, un hombre fuera una rara avis, pero siempre, siempre, habrá como mínimo una madre más. En las reuniones escolares la mayoría es más aplastante todavía. Por eso es tentador dejarse llevar por esta idea. Parece como si las madres fueran capaces de compaginar mejor su vida laboral y las necesidades de los peques. Y no es cuestión de volver a la multitarea femenina, que de ella hablaremos cuando hablemos de estrés, no. La razón no es fácil de esgrimir en un artículo, pero la evidencia está ahí. Así que a lo mejor si en las empresas privadas hubiera más mujeres con responsabilidad, la flexibilidad horaria para con los padres sería otra. Pero, he te aquí, que quien pone el argumento, deja la trampa. Y es que desde mi subjetiva opinión de currlea, he de decir que no es así. No sé si es porque hasta llegar a la responsabilidad las jefas con las que me he encontrado han pasado tanto que sólo llegaban las más austeras, las más comprometidas con la causa patronal, o tan henchidas de rencor que había que darlas de comer aparte, pero es cierto que eran mucho peores. Por eso, si tiro de archivo, yo me quedo con los jefes antes que con las jefas. Espero, por el bien de nuestra sociedad, que esto sólo sea una casualidad subjetiva.

MICRO (HUMOR PROPIO E INDIGNADO)

19 de septiembre de 2013

MÁS ALLÁ DEL ÉXODO (El Poeta de guardia)


SPAIN IS COFFEE



El discurso de Botella,

pese a no haber alcanzado

su propósito, ha dejado

en el mundo una honda huella.

Y es que ya no es la paella

con su aroma y su sabor

nuestro plato embajador;

ahora es el café con leche

relajante -¡que aproveche!-

en plena Plaza Mayor.

18 de septiembre de 2013

LAS OLIMPIADAS DE LA CERILLA


No nos han dado las olimpiadas del café. Y lo entiendo. En un país donde la tijera se agita con tanta alegría institucional ¿cómo van estos señores del boato, la fiesta y el mira la que hemos liado del COI ilusionarse con las olimpiadas de la cerilla en lugar de la antorcha? El presupuesto que han presentado nuestros representantes del C.O.E (Comite Opening Español) estaba, en realidad, enfocado a los propios españoles, un, eh, tranquis, que sabemos no gastar. Pero las olimpiadas no son el paradigma de la austeridad. Son una fiesta innecesaria, estridente, excesiva y, sí, maravillosa si eludimos las obligadas comparaciones con el resto del mundo, el paralelo, que vive ahogado en la desidia institucional y las hipotecas y listas del paro de turno. Y me hacía ilusión, no lo niego, mi hijo mayor será un adolescente en el 2020 y yo me imagino con 16 años viviendo unas olimpiadas en mi ciudad, y se me encendía la alarma de la nostalgia envidiosa. Y ahora es fácil respirar aliviado y decir, vale, pues ahora a lo importante. Pero ¿quién se cree que el dinero que nos vamos a ahorrar en fastos deportivos va a invertirse en educación y herramientas para la igualdad social? Es que me los imagino descojonándose ante las críticas y diciendo ¿en educación? ¡y una mierda para tí ! Además, esto es como las máquinas tragaperras ¿qué hacemos con lo invertido?¿lo perdemos? Y hay un detalle en el que no sé si han caído, y es que para el 2024 o 2030 o vaya usted a saber lo que les durará a la Botella y demás la catarsis olímpica, las tan cacareadas instalaciones ya casi hechas estarán obsoletas sin haberse estrenado. Un flamante coche que lleva tanto en el concesionario que cuando salga a la calle ya será un clásico. Ahora me gustaría decir, una vez que hemos visto el esperpento representativo, que haría las delicias de Mihura y de Berlanga, que tenemos lo que nos merecemos. Pero para mi desgracia, como todos los madrileños, ni eso consuelo tonto nos queda. Porque la señora de Aznar, cuyo mérito máximo en la vida ha sido vivir a la sombra del señor de las Azores, ni siquiera fue elegida por los madrileños. Claro, que somos tan tontos que cuando este troll político se presente a una reelección que no lo será, ganará de calle. Y entonces me miraré al espejo y diré, sí, somos gilipollas.


MICRO (HUMOR PROPIO E INDIGNADO)

12 de septiembre de 2013

MÁS ALLÁ DEL ÉXODO

Curso práctico de paracaidismo



A mejor no pensarlo

cuántos metros de altura

se ve lo que se ve

y se intuye lo oculto

por la turbia distancia

con otra perspectiva.

"Hay que saltar" -rotundo,

sentencia el monitor-,

y, a pesar del espanto,

con coraje atacamos

el vacío; ¡es tan grande

el afán melancólico

por tornar a la urdimbre

del aroma impostado

de la greda y las flores!

Pero, tras vislumbrar

la evidencia que emerge

de las grandes escalas,

hogares y trayectos

acontecen distintos

bajo un manto tupido

y misceláneo de hojas

secas, légamo y nieve.

11 de septiembre de 2013

QUIEN BIEN TE QUIERE

Siempre he pensado que insultar, insulta quien puede, no quien quiere. Y de querer va la cosa. Que una persona que no conoces de nada te falte al respeto con una palabra mal sonante al uso, más allá de que nuestro orgullo, no vamos a negarlo, no viene con la impermeabilidad de serie, debería darte más o menos igual. Total, es el destino el que os ha puesto ahí, en ese cruce momentáneo y no ha de haber necesariamente una segunda ocasión. Son las personas de tu entorno las que más capacidad tienen para hacer efectivos sus intentos de insultarte. Y cuando me refiero a insulto me refiero únicamente a una palabrota. Porque la humillación física y verbal es una cuestión mucho más delicada. Cuando un conocido te llama hijo de puta, o gilipollas, pues en función de tu estado de ánimo, las terceras personas que hubiera presentes o incluso las ganas que tengas de entrar al trapo, pues te controlas o ejerces de vitorino verbal y abres las hostilidades sin remisión. Ahora, cuando es una persona a la que quieres, que te quiere o crees que te quiere o te debería querer la que te insulta, eso ya es otra cosa. Ahí entonces entran en juego matices de incomprensión que a mí, personalmente, me hacen dudar de la tierra en la que piso. A mi eso de que quien bien te quiere te hará llorar me parece una frase injusta de postal ñoña y muy probablemente machista. No, quien bien te quiere te respetará, y si no te respeta es que tal vez no te quiere tan bien ¿quién dice que detrás de un hijo de puta no vendrá un empujón, y detrás un puñetazo y así hasta una mención en los sucesos de la prensa escrita? Quien bien te quiere…te querrá. Punto.

MICRO (HUMOR PROPIO E INDIGNADO)


6 de septiembre de 2013

LAS PREGUNTAS DEL PEQUE

-Papá, en esta calle como vayas muy rápido con el coche te espantas contra la pared.
Rubén, ocho años.

5 de septiembre de 2013

MÁS ALLÁ DEL ÉXODO (El poeta de guardia)

BODAS DE PLATA
Aquel soneto era un espanto, un bodrio, pero estaba tan buena, con su tanga celeste y en topless, en su fotografía de perfil, que no pude evitar hacer un comentario favorable para luego pedirle que tuviese a bien considerarme como amigo. Cuando, luego de un tiempo, la conocí en persona, no me decepcionó: de una belleza fuera de lo común, gozaba de talento y elegancia y, amén de haber cursado, con calificaciones excelentes, Filología Hispánica, Diseño de Interiores, Derecho y Matemáticas, y haberse doctorado en Bellas Artes, era, en aquellos tiempos, asesora de imagen de una afamada firma de cosméticos. No lo ha admitido nunca, pero yo no debí, en un principio, suscitarle una buena impresión: desaliñado, autodidacta, en paro, no acertaba, turbado por su glamour sin tara, a articular palabra. Consciente de mi azoramiento, dijo, con gracia y desparpajo y la intención pudiera ser que de romper el hielo, que aquel poema que alabé en su día era realmente pésimo y que, si pretendía algo con ella, debía confesarle que si fui tan elogioso entonces, más que por su soneto, fue en razón de sus tetas. Armado de valor a duras penas, respondí improvisando, entre cursi y brutal, con esta seguidilla: "Puede que tu soneto fuese una mierda, pero tus tetas son de otra materia. Deja que lama, mi Erato, en tus pezones, poesía en rama." Tras una carcajada vibrante como el Himno a la Alegría, me dijo que, aun quizás un poco borde, yo sí que parecía no ser un mal poeta y que tendría a bien ser, amén de mi Erato y el resto de las musas del Olimpo, mi asesora de imagen -"ya que lo necesitas con urgencia"-, si a cambio la instruía en los más íntimos secretos del poema. Aquello fue el principio de una gran amistad que pronto derivó en amor y sexo y en estrecha simbiosis entre verso y glamour. Y así, entre beso y beso, entre orgasmo y orgasmo, nos fuimos instruyendo mutuamente, y al poco, y hasta ahora, ella me hubo mudado en todo un dandi y he terminado, gracias a su apoyo, por ejercer funciones de asesor de imagen para un sello discográfico. Y, más que por mi ayuda, por su sabiduría y buen hacer, hoy es una prolífica poeta que cuenta sus excelsos poemarios como éxitos de venta, y que, al cabo de más de cinco lustros, con su tanga celeste y en topless, sigue estando, más que buena, muy buena.

4 de septiembre de 2013

LA SOCORRISTA Y LOS BOTIJOS


Hablando con mi buen amigo David me comentó que había conocido a una socorrista que estaba indignada porque le habían bajado el sueldo, pasando de 610 a 580 euros mensuales. Hicimos cuentas. En mis tiempos de vigilante del charco, hace ya casi 20 años, ganaba 120 mil pesetas por una jornada completa, y cuando digo completa digo desde la primera a la última toalla y de lunes a domingo. Si libraba tenía que, no sólo buscar yo a mi sustituto, sino que debía descontar de mi sueldo lo que le pagaba. Así, trabajando cinco días, calculé que ganaba unas 88 mil pesetas. El primer impulso fue pensar que las cosas habían mejorado: de 530 que ganaba yo a los 580 que gana ahora ella. Pero claro, luego recordamos algunos precios. Y yo, al salir de la piscina me tomaba un botijo en un bar por menos de 120 pesetas (esto es, 0,70 euros) y la pobre socorrista hoy en día ha de pagar mínimo 1,1 o 1,2 si elige un bar de barrio con torreznos revenidos. Es decir, ella gana ahora 483 botellines y yo ganaba entonces más de 730 botijos mensuales ¡casi le doblaba el sueldo ¡ Esto que parece simplón y algo maniqueo, incluso, si me apuráis, tiene de cachondo todo lo que tiene de irónico. Porque, que no nos engañen las cifras, los salarios y que hoy salgamos de vacaciones más que hace 20 años. Nuestro poder adquisitivo medio va bajando, y a pasos agigantados. Pero no pasa nada, a nosotros lo que nos importa es que haya un terruño allá por el sur con bandera equivocada o que el director de una empresa privada henchido de egolatría se haya gastado una trillonada privada por contratar a un trabajador. Bendita pandereta.

MICRO (HUMOR PROPIO)