Cara de tonto. Esa es la que se me ha quedado. Ayer me robaron, delante de mis ingenuas narices, mi blackberry. Fue en el vestuario de la piscina. Es la blackberry regalo de mi amigo Nono, así que me jode dóblemente. No sólo he perdido un par de micros que se me ocurrieron en plena calle y que grabé con voz. Ni los vídeos de mis hijos, entre ellos el ya famoso "El socorrista". Ni los muchos números de teléfono que ahora voy a tener que ir recopilando. Ni el tiempo que me cuesta ganar el dinero con el que pago las cosas. Ni el trastorno de dar de baja la sim, pedir otra nueva y andar buscando un teléfono de emergencia que pasará a ser el titular. Además de todo eso, es la cara de imbécil que se me ha instalado. Y hay que tener cojones. Porque yo de bueno soy tonto (cobarde, diría algún crítico) pero los que no me conocen no lo saben, y soy un tipo con cara de pocos amigos (fachada que viene de serie...), casi cien kilos y rozando los 190 centímetros. Así que para meterle mano al bolsillo de la camisa de un tipo que de esa guisa está duchándose a cuatro metros hay que tenerlos como el caballo de Espartero. Las cosas las dejo en una taquilla con candado, pero mientras me ducho, descansan en la banqueta. Es para quitarme el cloro, así que estoy hablando de una ducha de apenas quince segundos. Pues ese es el tiempo que necesitó el ladrón para darse cuenta de que en mi camisa había una golosa blackberry, valorar el riesgo, meter la mano y salir zumbando. Cara de idiota cuando, todavía con la toalla a la cintura, busqué el móvil que uso como reloj. Sí, cara de idiota. Además, estoy seguro de que hemos perdido una reliquia, una de las pocas tarjetas de Airtel que todavía quedaban operativas en el mundo. Esta mañana, frente al espejo, he sido incapaz de hacer una previsión, un diagnóstico, así que no os puedo adelantar cuando se me va a quitar esta cara de tonto que se me ha quedado.
31 de marzo de 2011
30 de marzo de 2011
¿QUIÉN IRÁ?
Discutíamos sobre la igualdad y todos convenimos que las cosas habían cambiado. Sobre todo estábamos convencidos de que, al menos laboralmente, nuestros hijos no iban a cuestionar jamás una profesión imponiendo el género como un valor calificable. Pero a mí me asaltaba una duda. Es verdad que uno no puede auditar todos los repartos de tareas en las parejas, entra dentro de la economía particular, pero no es menos cierto que cuando un rol se repite mucho y esto puede condicionar a uno u a otro de una forma significativa es digno de tener en cuenta. Aducía a la responsabilidad sobre los hijos. Sí, los papás lavamos ropa, cambiamos pañales, llevamos y traemos de las extraescolares, nos levantamos por la noche, acunamos, damos biberón, acudimos al pediatra, nos sabemos los nombres de los medicamentos más comunes y su posología y ese largo etcétera de cuestiones paterno filiales. Pero, hoy en día, si un niño en mitad de la jornada se pone enfermo y uno de los padres ha de acudir faltando a su trabajo, sin valorar excepciones ¿quién crees que lo hará? Yo también pienso que en la mayoría de los casos será la madre. Tal vez las cosas no están cambiando tanto como parece, pero ¿de quién es la culpa?
29 de marzo de 2011
LAS DE LA SEXTA
Estás más buena que una presentadora de La Sexta. Esa frase, de la que defenderé la autoría ante cualquier abogado, se me ocurrió cuando empezó la cadena, porque me llamó la atención la belleza de las presentadoras. Además, conocí personalmente a una de ellas, encargada de las noticias del Congreso, pues fue pareja de un amigo. El caso es que han pasado cinco años, y la cosa no parece haber cambiado. Es como si en recursos humanos de la cadena lo tuvieran claro: niña bonita e inteligente, tipo feucho y graciosín. Y que me perdone Buenafuente...por lo de graciosín, digo. La diferencia estética de la plantilla femenina frente a la masculina es sorprendente, sideral y digna de consideración. He hecho un experimento. He tomado una serie de nombres de presentadores y otro de presentadoras, los he metido en un bote y como si del sorteo de la Champions se tratara los he ido emparejando. Este es el cuadro, juzgar vosotros mismos:
Al parecer, para ser presentadora de La Sexta es necesario tener menos de cuarenta tacos y estar bien o muy bien. Ahora, si eres tío, pues ya no es tan importante. Y no dudo de la profesionalidad de las preciosidades que se ponen al otro lado del logo verde, ni mucho menos, más bien lo contrario, lo que me llama la atención es la ausencia de bombones masculinos (¿es que no los hay listos y guapos, muy guapos?) y sobre todo, el porcentaje tan altísimo de bellezas femeninas. Como diría aquel ¿coincidencia? ¡no lo creo! ¿Quién es el Patricia Conde de la cadena?¿o la Olga Viza? Canta. Mucho. A todo esto ¡ estás más buena que una presentadora de la sexta !
28 de marzo de 2011
LUCECITAS
¿Quién diseña los aparatos electrónicos modernos? Estoy seguro de que es primo del inventor de las lámparas led, seguro. Tengo en el salón lo que es el centro de intercambio de archivos, o la cueva de Alíbabá según la SGAE. Es decir, ordenador, disco duro y router de mi operador de turno. Y claro, el dichoso aparato tiene ocho luces luminosas, a cual más insistente. Intermitentes, lo primero, como si estuviera averíado en mitad de la autopista ¿es que va el router de mi vecino detrás y hay que avisarle? Después tiene otras siete luces, igual de intermitentes, verdes, que van y vienen. Y yo os aseguro que solo tengo una red, porque a juzgar por la actividad de las dichosas lucecitas, parezco una empresa de intercambio de archivos. El tal "Lan" ese se está poniendo las botas a costa de mi router. Después tenemos el disco duro acumulador, con su lucecita de marras, ésta, por suerte, fija, para avisarme de que sigue encendido, como le hago poco caso...gracias, amigo. Y luego me queda el ordenador, que tiene su lucecita fija roja de encendido y dos intermitentes, una con forma de rayo que nunca he terminado de entender, porque siempre he sido más del Cádiz. Así, cuando terminamos el capítulo de la serie que toque, perdida la solidadridad luminosa y catódica, nuestro salón parece una nave espacial, más que una nave espacial un centro de control de la mismísima NASA, que dan ganas de gritar, Apolo XIV, Apolo XIV aquí el centro de seguimiento carabanchelero, ¿es verdad que Neil jamás pisó la luna? Que le pida ya a su primo, el de las lamparitas, el inventor de los equipos electrónicos que se deje de tanta oferta, que estamos hasta las narices de las lucecitas, coño.
27 de marzo de 2011
26 de marzo de 2011
SIN LÍMITE DE ASALTOS
OK & KO
dispuestas de este modo
en forma de quiasmo
pudieran parecernos expresiones
del todo contrapuestas
oxímoron sin duda
pero esto no es así
OK & KO
tomadas de la mano estrechamente
por esa conjunción copulativa
no son más que una triste alegoría
de este jodido mundo
en el que para que los unos vivan
-los menos- como príncipes
o acaso emperadores
los otros -los que más- han de besar la lona sin opción a volver a levantarse
OK & KO
dispuestas de este modo
en forma de quiasmo
pudieran parecernos expresiones
del todo contrapuestas
oxímoron sin duda
pero esto no es así
OK & KO
tomadas de la mano estrechamente
por esa conjunción copulativa
no son más que una triste alegoría
de este jodido mundo
en el que para que los unos vivan
-los menos- como príncipes
o acaso emperadores
los otros -los que más- han de besar la lona sin opción a volver a levantarse
25 de marzo de 2011
LAS VUELTAS QUE DA...
La sabiduría popular reza que uno tiene que tener amigos hasta en el infierno. Yo añadiría que en momentos de crisis incluso en el cielo. Adapté este principio con un refrán de cosecha trasteril: de donde te vayas amigos haya. Con las mismas, enemigos los menos. Por puro egoísmo y lógica. Que la vida da más vueltas que una peonza pero al final todos los caminos llevan a una sala de reuniones. Y a quien hoy insultas mañana le pedirás que te firme las vacaciones. Para perpetrar esa especie de plan vital es necesario contar hasta mil (millones) y tragar saliva para que el orgullo pase, que algunas veces ganas dan de liarse la manta a la cabeza y sacar los exabruptos a escena. La realidad nos regala pequeñas cápsulas que evidencian lo que os digo. De nosotros depende entender el mensaje. Tengo una ¿os acordáis de Djukic? cualquiera entrado en la treintena y pelín futbolero recordará su mariscal figura de central elegante marrando el penalti de los penaltis y dándole un título al Barcelona que bien merecía el Depor, por aquel entonces el equipo del pueblo. Aquel penalti, muy mal tirado, se lo paró un tipo de nombre José Luis González, que, por hacer su trabajo, se ganó la injusta enemistad de media España. De esto han pasado ya casi veinte años. Ahora el yugoslavo es entrenador y desde hace unas horas tiene la difícil misión de intentar salvar del descenso al Hércules. El equipo está hecho, se encontrará con jugadores, técnicos, preparadores forzosos ¿Sabéis el nombre del preparador de porteros? Se llama José Luis y, sí, hace casi 20 años se paró uno de los penaltis más famosos de la historia del fútbol español...lo dicho, amigos hasta el infierno...
24 de marzo de 2011
CACHEO DE CACHA
Suelo hacerme preguntas. Y no siempre encuentro respuesta. Una es esta que os planteo hoy. Si una Guardia Civil, que trabaja en la zona de facturación del aeropuerto y por tanto es encargada del cacheo puntual a las mujeres que lo requieran, reconoce abiertamente su homosexualidad, demostrando que siente atracción por las curvas femeninas, ¿estará automáticamente inhabilitada para sus funciones siendo obligada a cambiar de trabajo? ¿Empezará a cachear hombres? Y la pregunta la hago a la inversa y con un Guardia Civil hombre ¿Qué es lo que nos aseguran siendo una persona de tu mismo género la que te pone las manos encima cuando te registra?¿que no te sientas intimidado pensando que quien lo hace está aprovechando para lubricar con los dedos sus sueños eróticos? Si la mujer que recibe el cacheo no sabe que ella es lesbiana ¿se sentirá tranquila? Y si lo sabe ¿se sentirá intimidad pensando que podrá excitarse mientras le busca droga en los muslos? Diríamos que no hay problema, que aunque sea lesbiana, la buena mujer, y mejor profesional, sabrá diferenciar entre trabajo y placer...entonces ¿por qué no lo va a hacer un hombre?¿nos fiamos menos de los hombres? ¿Y si ese hombre es homosexual?¿nos sentiremos intimidados? Yo, la verdad, visto así, si alguien va a andar hurgándome en los bajos, casi prefiero que lo haga un profesional ¿no?
Por cierto, curiosas fotos he encontrado:
http://laughterizer.weebly.com/1/post/2010/12/manual-security-checks-at-us-airports.html
http://laughterizer.weebly.com/1/post/2010/12/manual-security-checks-at-us-airports.html
23 de marzo de 2011
Partamos de dos puntos previos. Uno, que la Directora de Recursos Humanos de tu empresa te llame con urgencia acojona. Y, dos, el café me gusta casi tanto como la cerveza.
Con estas premisas puedo explicar lo sucedido ayer. A Alfonso, mi suegro, ganador de la III Edición de Suspiros y abuelo de mis hijos, le han implantado un marca pasos. Ayer era la primera mañana post operatoria, así que hablaba con su hija (mi pareja, para despistados) para que me pusiera al día. En eso estábamos cuando la llamada se cortó. Intenté en varias ocasiones llamarla pero comunicaba. Entonces llamó ella al teléfono de mi trabajo, algo rarísimo, porque pasa por centralita y mi móvil estaba operativo. Contesté. Pero no se escuchaba nada. Bueno, sí, ruidos, como si alguien estuviera trasteando con el móvil nervioso. Ella no me escuchaba. Corté la llamada. Dejé pasar unos segundos y volví a llamar. Comunicando. Empecé a inquietarme. Un segundo intento. Un tercero. Por fin logro que de señal de llamada y en ese momento, mientras esperaba la respuesta, aparece junto a mi mesa la directora de RRHH y me dice, seria, muy seria, baja inmediatamente abajo, te están esperando. Colgué y vi mi propio corazón salirse al galope del pecho. Mi imaginación empezó a procesar los guiones de mis miedos a tal velocidad que era imposible engancharse a uno. Tal debió ser mi cara que la directora me tranquilizó. No, hombre, no pasa nada, es bueno, te esperan en el comedor. Algo más aliviado bajé y lo que había esperándome era una máquina de café express que por fin la empresa había decido comprar. Como buen cafetero celebré la noticia (de ahí que quisieran que fuera de los primeros en saborearla) con risas y jolgorio que no eran sino las cloacas del miedo que acababa de pasar. Cuando humeaba ya en mis manos el primer ristretto todavía me temblaban las canillas. Por cierto, que riiiiico el cafelito...
Con estas premisas puedo explicar lo sucedido ayer. A Alfonso, mi suegro, ganador de la III Edición de Suspiros y abuelo de mis hijos, le han implantado un marca pasos. Ayer era la primera mañana post operatoria, así que hablaba con su hija (mi pareja, para despistados) para que me pusiera al día. En eso estábamos cuando la llamada se cortó. Intenté en varias ocasiones llamarla pero comunicaba. Entonces llamó ella al teléfono de mi trabajo, algo rarísimo, porque pasa por centralita y mi móvil estaba operativo. Contesté. Pero no se escuchaba nada. Bueno, sí, ruidos, como si alguien estuviera trasteando con el móvil nervioso. Ella no me escuchaba. Corté la llamada. Dejé pasar unos segundos y volví a llamar. Comunicando. Empecé a inquietarme. Un segundo intento. Un tercero. Por fin logro que de señal de llamada y en ese momento, mientras esperaba la respuesta, aparece junto a mi mesa la directora de RRHH y me dice, seria, muy seria, baja inmediatamente abajo, te están esperando. Colgué y vi mi propio corazón salirse al galope del pecho. Mi imaginación empezó a procesar los guiones de mis miedos a tal velocidad que era imposible engancharse a uno. Tal debió ser mi cara que la directora me tranquilizó. No, hombre, no pasa nada, es bueno, te esperan en el comedor. Algo más aliviado bajé y lo que había esperándome era una máquina de café express que por fin la empresa había decido comprar. Como buen cafetero celebré la noticia (de ahí que quisieran que fuera de los primeros en saborearla) con risas y jolgorio que no eran sino las cloacas del miedo que acababa de pasar. Cuando humeaba ya en mis manos el primer ristretto todavía me temblaban las canillas. Por cierto, que riiiiico el cafelito...
22 de marzo de 2011
YOGURES
Siempre he pensado que es un complot. A la gente le preguntas y dice que sí, que les gusta, pero luego miras las neveras y siempre son los últimos. Y el caso es que es complicado encontrar un pack de sabores variados que no tenga, como mínimo, dos de ellos. Los productores de Aranjuez y de los mares de plástico almerienses tienen un poder sobre el universo lácteo que no es normal. Odio los yogures de fresa. No lo puedo negar. No me gustan, y cuando los veo en la nevera, primero rodeados de los demás, y luego solitarios, esperando que el adicto a las cremas de yogur les de matarile, me dan repelús. Y mira que hay yogures de sabores: de frambuesa, de melón, de coco, de plátano, de cereza, de toffe, sabor fresh, de chocolate, de piña, naturales azucarados, de limón, ¡ de galleta maría ! y, en cambio ¿qué es lo que tienen Pascual y Danone contra Valencia?¿cómo es posible que nunca hayan pensado en hacer un yogur de naranja? ¿Qué hace el de los trajes contra esta evidente discriminación? Que me lo expliquen. Y mientras tanto ¿alguien quiere mis yogures de fresa? me caducan en diez minutos...
21 de marzo de 2011
HÉROE POR UN DÍA
Ocurrió el viernes, a la salida del cole. A mi hijo mayor, como a millones y millones de niños en la historia de la humanidad, le gusta quedarse a jugar un ratito con los amigos en el patio. Como vamos con el pequeño, pues él también quiere. Y meterse en esa jauría de pelotas y partidos cruzados se me antoja peligroso para un peque de menos de tres años, así que papá helicóptero va de parapeto para evitar males mayores. En esas esquivas tareas estábamos cuando vimos que había un par de padres lanzando una pelota a lo alto de un muro, de algo más de tres metros. Algún gracioso le había tirado allí la zapatilla a un niño. Pero no había forma, el cole ha prohibido las pelotas de cuero y con la de plástico era imposible. El patio de abajo (así lo llaman) está cruzado por unas enormes vigas de hierro. Me acerqué. Vi que no eran capaces y dije ¿y por qué no subimos? Me miraron con cara de pues hazlo tú, así que, ni corto ni perezoso, puse una pierna sobre la papelera, a modo de impulso, un pequeño salitito y me colgé de la viga. Después hice una dominada, bueno, no una, LA DOMINADA, porque a la segunda yo la llamo agggggggg. Subí el cuerpo entero sobre al viga, lancé al suelo la zapatilla, volví a colgarme y ahora de un salto directo me dejé caer al suelo. Mientras esto ocurría los partidos quedaron suspendidos ¡¡¡ hay un tío enorme colgado de la viga !!! Cuatro o cinco niñas de diez años comenzaron a aplaudir, y otros niños se acercaban como diciendo, anda, ¿cómo lo has hecho? Mi hijo me señalaba y le podía leer en los labios "ese es mi papi". No lo hice con intención ostentoria alguna, me educaron así, ayudo. Pero reconozco que terapeuticamente para mi hijo habrá sido un subidón saber que su papi fue el héroe que bajo la zapatilla de lo alto del muro. Solo por eso hubiera merecido la pena.
MICROS
19 de marzo de 2011
18 de marzo de 2011
ELEMENTOS DISUASORIOS
Me río yo de los badenes de las zonas residenciales. En una calle de mi barrio, y me consta que no es la única, el ayuntamiento ha encontrado el último grito (¡ ay !) en elementos disuasorios. Son, además, baratos en su creación y, sobre todo, de nulo mantenimiento. Es una calle de una única dirección en la que ir a más de 20 por hora supone abandonar tu coche a su suerte. Cada mañana disputo mi Parísdakar particular y carabanchelero. Los elementos disuasorios de la velocidad, colocados estratégicamente por la desidia consistorial, ocupan un porcentaje tan alto de la calzada a lo ancho, que son peor que un defensa correoso: ni por arriba, ni por un lado, ni por el otro, no queda otra que zambullirse en esos agujeros negros de asfalto y rezar, el que sepa, porque la rueda encuentre el camino de retorno y no termines en un mundo paralelo lleno del elfos y dragones. El ayuntamiento se ha dado cuenta de que en esta calle, donde, como un hombre con brumel cada amortiguador se la juega, es imposible incumplir la normativa de velocidad, así que ha decidido dejarlos ahí, alimentarlos con su abandono y que hagan su trabajo. De no ser así, uno no entiende como los baches siguen creciendo. Además, con esta medida está fomentando los negocios en la ciudad, a los emprendedores y las pequeñas y medianas empresas, y el empleo. El martes tengo cita en el taller para cambiar los amortiguadores. Este ayutamiento es de un innovador que asusta.
17 de marzo de 2011
EL TUMOR
Hemos tenido suerte. La humanidad la ha tenido. Digamos que el tumor era una unidad y había que repartirla. Le podía haber tocado a cualquiera, por tanto. Si le hubiera tocado a un chaval de Vallecas, taxista, por ejemplo, que trabaja 17 horas, entre otras cosas para pagar un hipoteca desorbitada y el colegio bilingüe de los niños, hubiera tardado meses, sino años, en percatarse. Quizá hubiera empezado con molestos dolores de estómago. Eso son gases, le diría su madre. Si no te pusieras de torreznos hasta las trancas, le reñiría con una media sonrisa cómplice su mujer. Tal vez iría al amigo de un amigo de un primo que es fisio y le diría que tiene contracturada la espalda por las horas en el taxi. Así pasaría el tiempo, irían aumentando los dolores y los diagnósticos amateur. Hasta que por fin se decidiría a perder un día para pedir hora con su médico de cabecera. Éste le diría que todo es normal, por su edad, por su vida, o tal vez le mandaría algún tipo de prueba adicional. La solicitaría y, con suerte, seis meses después tendría cita con el especialista. Detectarían en las primeras exploraciones algo extraño en su hígado. Nuevas pruebas, más certeras, para cuatro meses después y de urgencias. Allí ya detectan el tumor del tamaño de una pelota de baloncesto que, generoso, ha decidido extenderse por todo el cuerpo. Dos años metástasis y quimio después su familia lo echará mucho de menos. Así que, sí, creo que hemos tenido suerte, le ha tocado a Abidal y hoy mismo le operan. Un día antes de lo previsto. A todo esto, mucha suerte, campeón.
MICROS
16 de marzo de 2011
EXCOMUNIÓN
La Iglesia por fin se ha remangado y se ha puesto manos a la obra. Y los pies en la tierra, siendo ellos tan del cielo, me ha dado por ser optimista. Va a excomulgar a un cura. He pensado, ya está, es el primer paso y un cura pederasta de los que andan empalmados debajo del altar el día de las comuniones menos en el seno de la santa madre iglesia. Después que hable la justicia ordinaria, que de la divina me fío poco. Pero he leído la noticia y ¡ qué decepción ! (esperada, por otro lado). Resulta que no se trata de uno de los muchos pederastas confesos y cazados (de los otros no hay datos) sino de un cura de barrio (obrero, se decía antes) que ha confesado en un libro que en su día ayudó económicamente a dos adolescentes a abortar. Por lo que él mismo dijo, confeso antiabortista, era el mal menor, pues las adolescentes tenían planeado abortar en casa. El pare Manel, que así le llaman, es conocido por su particular adaptación de la religión y por preocuparse más de los que sufren que de los que rezan desde los despachos. Así son y así les va. Centenares, sino miles, de curas pederastas, violadores e hijos de su putísima madre elevando la hostia por iglesias perdidas, ocultos por la patina de la indiferencia y el poder de la sotana y un tipo que lo que hace en realidad es meter la mano hasta el codo en el fango que lo rodea excomulgado por gravísimos atentados contra los principios de un Dios tan caduco como ridículo. Pues que le den excomunión latae sentetiae, que en el barrio en el que trabaja, cuando acuda a arrimar el hombro, no le van a andar con preguntas incómodas. Dele, dele, padre, que ya haremos cuentas con Dios.
15 de marzo de 2011
EL (¿RE?) ENCUENTRO
Salía de la M40 por una amplia avenida con dos carriles. Aparqué a la derecha y como en el carril de aparcamiento no había más coches una joven fue tras de mí pensando que iba a seguir. Cuando detuve el coche se dio cuenta de su error. La miré por el espejo y le hice un gesto de que aquella era una zona de aparcamiento. Era una mujer de unos cuarenta años con cara de fastidio. Pensé que por su despiste. La dejé pasar antes de bajarme. Llevaba un utilitario pequeño de color oscuro. Me apee tranquilamente, cogí mi bolsa y mi maletín, cerré la puerta y entonces empecé a escuchar un insistente pitido. No era un pitido constante, como el que usamos cuando tras una pirula intentamos que alguien no nos tatúe su matrícula en el parabrisas, era más bien un pitido de saludo amistoso, pero muy insistente. Llegué a pensar que el pitador me conocía. Pero su todoterreno de color vino, que estaba cuatro carriles más allá, en la otra dirección, no me resultaba nada familiar. Entonces vi que delante había pasado la joven del utilitario azul oscuro, la del despiste. Ante la insistencia del pitador detuvo su coche cincuenta metros después. El todoterreno, sin salir del carril de aparcamiento, rompió esa distancia como con prisas. Y no llegó a zanjarla del todo, pues frenó brúscamente antes. Era como si le pudiera el ansia. De él bajó un hombre, también de mediana edad, no muy alto. Sin importarle el devenir del tráfico salió corriendo en busca de la joven despistada, que bajaba también de su coche, quizá con menos prisa. Debieron haberse encontrado a medio camino entre ambos, pero el deseo de él estaba por encima, así que prácticamente se fundieron en un abrazo y un largo beso sobre el maletero del utilitario. Él la abrazaba con fuerza, apretaba sus labios con violencia. Ella parecía algo contrariada, no llegaba a culminar el gesto del abrazo, dejando las manos sobre los hombros, como si marcara las distancias. Él casi que la hacía volar, mientras que ella se dejaba llevar, sin más. Me pudo el decoro, y allí los dejé, pero no pude evitar intentar encontrarle una explicación ¿Eran amantes infieles que había quedado en un punto neutral e iban a ir a un nuevo hotel que sólo conocía él?¿el infiel era él y por eso vivía con tanta pasión el encuentro mientras que ella ya estaba un poco hastiada de la clandestinidad y el pronto la dejaré, mi vida?¿son pareja, ella vuelve de un viaje en el que ha sido infiel a su marido y por eso no se entrega en el abrazo?¿ella es tímida y no le gustan los abrazos en público?¿se han conocido por Internet, llevan meses chateando, se acaban de conocer y ella sigue temerosa ante lo desconocido? en fin, he sido incapaz de situar una verdad a lo visto, ¿qué te parece a ti?
14 de marzo de 2011
CHUZOS VERDES
Hay un anuncio en el que un tipo fingidamente mal vestido va paseando por su impresionante y estudiadamente desordenado salón postfiesta y va recolocando lo que se va encontrando en el camino. Mi primera pregunta es, si así luce el dicho Matthew Mcconaughey de resaca ¿como estaba una docena de horas antes? Pues ese anuncio me trae dolorosos recuerdos. Porque una resaca tiene su parte física, pero también la psicológica, el sentimiento de culpa. Cuando la borrachera viene de garitos, luego es más fácil escurrir el bulto ante uno mismo y decir, uf, que raro, si solo me tomé un par de cervezas. Pero cuando la fiesta ha sido en tu casa, la resaca es cualitativa, pero también cuantitativa, y los que somos de botellín, imaginarse, por allí esparramadas botellas y botellas, diminutas evidencias de lo ocurrido. Culpables. Y después viene bajarlas al contenedor. Porque ¿Quién coño ha diseñado los contenedores de vidrio? solo le faltaba ponerles rulos para que parecieran una madre al grito de ¿qué has hecho esta noche? otra vez a liarla ¿eh? ¿Por qué hacen la aberturas tan pequeñas? Tienes que echar las botellas una a una y yo no escucho catacrán, a cristal roto, no, que va, yo escucho eresunborrachuzo, eresunborrachuzo, hasta con eco. Y claro, el estruendo despierta el interés de la señora del tercero, que se asoma, solo por curiosidad, a la ventana, y tú la ves, y miras tus bolsas repletas de botellas y sonríes y piensas ya ve, señora, uno que es perezoso, que llevo meses sin bajar el cristal. Y ella sonríe en lo alto y piensa, ya, por los cojones, menuda tenías montada ayer borrachuzo, uzo, uzo... Claro, que me da por pensar que el Matthew, por mucho que en el anuncio ponga recto el bote de colonia, en una situación así hace una llamadita a un equipo de emergencia y listo, y que no olviden tirar el cristal. Los que somos de barrio tenemos que ir con nuestros cartelitos en forma de bolsas llenas de evidencias etílicas, que menos mal que tengo cerca el contenedor, que si no iría como un ladrón de bancos, o dando explicaciones por las esquinas, son de mis amigos, llevo meses sin bajar, soy un forofo ecologista y me he encontrado las bolsas en la calle...
MICROS
12 de marzo de 2011
Los invisibles
Las 8 menos 10 de la mañana
del día 17 de febrero
del año 2011. 6 grados sobre cero.
Bajo del autobús
junto a la Macarena,
y, tras cruzar la calle, me dirijo al Parlamento
de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Tirados en la acera,
igual que sucias bolsas de basura,
apuran las migajas de unos sueños
que no son más que carne de intemperie
helándose al relente del invierno.
Son los tristes desechos
deshechos de un sistema
que no da opción alguna al reciclaje
y no puede ocultar su podredumbre
por más tiempo debajo de la alfombra.
Pero eso poco importa;
las prisas que nos mueven
nos impiden,
junto a la insolidaria indiferencia,
apenas dedicar una mirada
a un hecho tan insólito:
que aún sigan respirando sus cadáveres.
Dentro de un par de horas, en la Cámara,
con oratoria hueca y chabacana,
vendrán a debatir sus señorías
acerca de la crisis, corruptelas,
lo mal que andan las Cajas, los recortes
a esto que alguien nombró, con poco acierto,
Estado -¡burla atroz!- del Bienestar,
y de la suciedad que hay en las calles.
Y, tras culpar de todo a sus contrarios
con ira y exabruptos afectados,
al fin de la sesión, codo con codo,
reirán a carcajadas consumiendo
cerveza, té o café, mientras, ya cómplices,
platican sobre el sexo de los ángeles.
Las 8 menos 10 de la mañana
del día 17 de febrero
del año 2011. 6 grados sobre cero.
Bajo del autobús
junto a la Macarena,
y, tras cruzar la calle, me dirijo al Parlamento
de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Tirados en la acera,
igual que sucias bolsas de basura,
apuran las migajas de unos sueños
que no son más que carne de intemperie
helándose al relente del invierno.
Son los tristes desechos
deshechos de un sistema
que no da opción alguna al reciclaje
y no puede ocultar su podredumbre
por más tiempo debajo de la alfombra.
Pero eso poco importa;
las prisas que nos mueven
nos impiden,
junto a la insolidaria indiferencia,
apenas dedicar una mirada
a un hecho tan insólito:
que aún sigan respirando sus cadáveres.
Dentro de un par de horas, en la Cámara,
con oratoria hueca y chabacana,
vendrán a debatir sus señorías
acerca de la crisis, corruptelas,
lo mal que andan las Cajas, los recortes
a esto que alguien nombró, con poco acierto,
Estado -¡burla atroz!- del Bienestar,
y de la suciedad que hay en las calles.
Y, tras culpar de todo a sus contrarios
con ira y exabruptos afectados,
al fin de la sesión, codo con codo,
reirán a carcajadas consumiendo
cerveza, té o café, mientras, ya cómplices,
platican sobre el sexo de los ángeles.
11 de marzo de 2011
HOMO PEDORRENSIS
Estoy haciendo un profundo estudio sobre los daños colaterales de la ley anti-tabaco. Más allá de los ruidos ya mencionados en otros artículos, éste último dossier de mi trabajo lo he centrado en una encuesta en busca de consecuencias más bien sorprendentes. Me he encontrado con algunos problemas añadidos a la hora de localizar personas que encajaran con el perfil adecuado para responder, ya que se trataría de gente que sigue saliendo por la noche. Así que la encuesta ha quedado reducida a dos compañeras del trabajo sin hijos y a mi prima. Y el 100% de las encuestadas me ha revelado una realidad inesperada y sorprendente. Al parecer el tabaco ejercía de potente ambientador, un mal menor a lo visto (y olido) en estas noches sin tabaco. Y es que a la tendencia española de escurrir el bulto si éste viene con jaboncito, se añade que en las discotecas y bares con música, uno de los habitantes patrios más viejos, el homo pedorrensis, encuentra su entorno más propicio. La música sirve de escudo social, escondiendo los juegos de viento de su esfínter, no así la parte gaseosa, que quedaba matizada por el tabaco en su día y ahora campa a sus anchas carbónicas por entre los focos y las bolas luminosas. Así que a noche de hoy, me dicen, la ropa ya no huele a tabaco después de una farra, pero durante la misma, el olor a humanidad aderezado por algún que otro pedorro, obliga a salir a la calle unas cuantas veces, junto a los fumadores, a buscar aire más limpio. Si es que al final nunca llueve (y truena) a gusto de todos...
10 de marzo de 2011
LOS NOMBRES
Ponerle nombre a un hijo no es fácil. Bueno, sí, se dice éste, y chimpúm. Pero lo va a llevar toda la vida, ojito padres fumadores y amantes del chascarrillo, progenitores cachondos los hay por miles. Y no me refiero a nombres que de por sí pueden condenar al portador a una vida repleta de sonrisas más o menos disimuladas. No hablo de Airstóbulos o Adjutorios. No, hablo de la combinación, voluntaria o involuntaria, de nombre y apellidos. Y no es tan difícil como parece. Tenía una compañera que se apellidaba Osa, y se lo advertí. No me importa la vida que lleves, si vas o vienes, pero nunca, jamás, te enamores de un Pérez. Y si la suerte te lleva e incluso decides ser madre, por lo que más quieras que no sea niña o tu hija será para siempre una PerezOsa. Eso marca, vaya que si marca ¿En qué pensaban los señores Nito Del bosque para ponerle a su hija Elena? Si eres italiano y te apellidas Donegro, coño, no llames a tu hijo Alberto ¿Te apellidas Boya? pues no le pongas Clara a tu hija. La cosa es compleja, porque puede, incluso, afectarte sin llevarlo nominalmente, solo por ser hija de y que tu de sea muy famoso. Vladimir Putin, sí, el de rusia. Tiene una hija. Si esa adolescente viene a España está poco menos que condenada, porque vaya por donde vaya será siempre una hija de Putin. Así que, futuros padres, sentarse con calma y antes de decidirse por un nombre revisad como queda pronunciado con los apellidos, así dejaremos de encontrarnos con la señora Dolores Fuertes de Barriga o el señor Toni Quelado. Como decía aquel, un poquito de por favor.
9 de marzo de 2011
INVISIBLE
Hace poco leí que habían dado un paso más en la invisibilidad, un material que convertía en invisible a la propia materia. Bueno, no creo que haga falta tanto dinero, ni tanta inversión, para ser invisible bien vale sacarse el carné de mi polideportivo y acudir cualquier tarde al vestuario masculino. Allí eres invisible sin materia alguna. Entro con mis 95 kilos, mi barba de cuatro días, mis 185 centímetros de pura educación, carraspeo y mi voz varonil lanza un indiscutible "buenas tardes"...y nada, no hay respuesta. La tentación es pensar que coincido en horario con un grupo de sordos que acuden juntos a ejercitarse. Pero no es así, no pocos de los que por allí andan antaviandose o desataviandose para la noble cita con el sudor, las mancuernas o el gorro de baño, levantan la vista de sus quehaceres, me miran, su cerebro procesa y sentencia: no es para mí. Se están perdiendo las formas. No digo yo que pongamos en práctica la idea de Cocodrilo Dundee y vayamos por la calle saludando a todo el mundo, ni tan siquiera pido que cuando se entre en un recinto cerrado y habitado se diga buenos días, me bastaría con que cuando alguien lo hiciera ¡ se contestara ! Pero estamos todos afectados por uno de los males más involutivos del ser humano, el OTHAQUELOHA (otro habrá que lo haga) o el más cañí NOESPAMI, que tiene versiones muy avanzadas del tipo YONOHESIO o NADIEMAVISTO. El caso es que acudes al médico, donde la edad media es más avanzada que entre las taquillas del gimnasio, y es común ver como desconocidos tienen la osadía de responderse a los buenos días o las buenas tardes ¿Nos estamos perdiendo?¿cómo le explico a mi hijo que cuando se entra en un lugar donde hay gente se tiene que saludar si luego nadie, día tras día, le responde?
8 de marzo de 2011
GASOIL VS ECONOMÍA FAMILIAR
Cada dos semanas, más o menos, en los últimos siete años, he vivido un partido de baloncesto entre litros y euros. Era breve, pero muy intenso. Y los marcadores, visibles en el surtidor, eran bastante ajustados. Hubo incluso tiempos en los que los euros perdían ante los litros. Recuerdo un partido de enero del 2003 que terminó con un contundente 44 a 31 a favor de los litros. O el 46 a 40,02 de junio de 2005. Hasta que un día de octubre de 2007 los euros se pusieron farrucos y en un final apretadisimo lograron la victoria. El marcador era tenso desde el mismo principio: 39 a 39,78...40 a 40,8 hasta un apretado 42 a 42,48. Pensé que había sido un buen partido, sin más, y que las cosas volverían a su lugar, a las plácidas victorias de los litros. Pero no, la tendencia se invirtió y los resultados se torcieron: 50 a 57 en abril del 2008...50 a 62...48 a 65...hasta que un día, con un cambio de entrenador, volvieron los buenos resultados. Desde diciembre de 2008 hasta bien entrado el 2010 los litros volvieron por sus fueros y se llevaban los partidos. Pero en marzo de 2010 llegó de nuevo el mazazo, con un ajustado 55 a 56 los euros volvieron por la senda de la victoria, una senda que por el momento no parecen decididos a abandonar, es más, sus victorias son cada día más claras, más dolorosamente contundentes. El partido de ayer no tuvo color: 26 vs 34, 36 vs 47, 47 vs 61... así hasta un 51 vs 66 que dejó mi cartera temblando. Una de dos, o los litros cambian de entrenador y fichan a algún octano con garantías o vamos a tener que dejar el baloncesto y volver a las largas jornadas de bonotransporte...
7 de marzo de 2011
APIRETAL
Ahora que andan desesperados buscando medidas, no entiendo como no se han dado cuenta. Que te levantas el lunes con ganas de practicar el medievo con tu despertador: apiretal. Que te llega una carta del ayuntamiento que en un alarde de ingenio se ha inventado, y mira que parecía imposible, un nuevo impuesto: apiretal. Que tienes que llenar el depósito del coche: apiretal. Que tu jefe te llama al despacho: apiertal (en este caso se recomienda también acudir con vaselina). Que el entrenador de tu equipo es aficionado a los experimentos: apiretal. Que el euribor está de fiesta y va de subidón: apiretal. Apiretal. Mucho apiertal. A poco que funcione como con los niños la humanidad está salvada. Tu hijo tiene casi 39 de fiebre y anda por las esquinas con los mofletes como Heidi y viendo dragones por detrás de las cortinas (no son dragones, hijo, son pelusas...) le das un chute de apiretal, y por arte de magia del paracetamol el tipo empieza a bailar y a cantar Dora, Dora, Dora, Dora esploradora...el daño que va a hacer esta repelente sabionda en nuestros herederos. El caso es que si con ellos hace eso ¿qué no hará con la taciturna masa obrera deprimida y descorazonada? Ahí la dejo, es una idea ! otros ponen pegatinas a las señales ¡
5 de marzo de 2011
FÁBULA INDOCUMENTADA
A Augusto Monterroso.
En tiempos prehistóricos,
Los hombres
Temblaban de terror en las cavernas,
A causa del tiránico dominio
De los más gigantescos de los saurios:
Perfectas maquinarias de matar,
Tan hábiles, soberbias y voraces,
Que nunca el ser humano,
En su insignificancia manifiesta,
Lograba imaginarse derrotándolas.
Pero un día, cansados de su miedo,
Los hombres se aliaron decididos
A hacer frente a la bestia
Más fuerte y sanguinaria de entre todas; Y, no sin gran esfuerzo, consiguieron Batirla en retirada y darle muerte.
Supongo que, al oír lo que he narrado,
Habréis pensado que este fabulista
Debió volverse loco,
Que no tiene la más remota idea
Acerca del asunto,
Y ha cometido un gran error histórico.
Mas esto no es así.
No alberga duda alguna este poeta
De que los grandes saurios,
Surgidos a mediados de triásico
Y extintos a finales de cretácico,
No han coincidido nunca con el hombre
En la oprimida faz de este planeta.
Pero
Qué hermoso ha sido,
Compañeros,
Soñar que alguna vez, quizás, los hombres, Unidos contra su hosca tiranía, Lograron derrotar al Dinosaurio.
A Augusto Monterroso.
En tiempos prehistóricos,
Los hombres
Temblaban de terror en las cavernas,
A causa del tiránico dominio
De los más gigantescos de los saurios:
Perfectas maquinarias de matar,
Tan hábiles, soberbias y voraces,
Que nunca el ser humano,
En su insignificancia manifiesta,
Lograba imaginarse derrotándolas.
Pero un día, cansados de su miedo,
Los hombres se aliaron decididos
A hacer frente a la bestia
Más fuerte y sanguinaria de entre todas; Y, no sin gran esfuerzo, consiguieron Batirla en retirada y darle muerte.
Supongo que, al oír lo que he narrado,
Habréis pensado que este fabulista
Debió volverse loco,
Que no tiene la más remota idea
Acerca del asunto,
Y ha cometido un gran error histórico.
Mas esto no es así.
No alberga duda alguna este poeta
De que los grandes saurios,
Surgidos a mediados de triásico
Y extintos a finales de cretácico,
No han coincidido nunca con el hombre
En la oprimida faz de este planeta.
Pero
Qué hermoso ha sido,
Compañeros,
Soñar que alguna vez, quizás, los hombres, Unidos contra su hosca tiranía, Lograron derrotar al Dinosaurio.
4 de marzo de 2011
LAS P DE LA PE
No sé como estará la legislación en la cuna de los Oscar, pero en mi ciudad es necesario un permiso especial para montar lo que esta muchacha ha necesitado para levantar eso...esas...Es más, tratándose de según que andamiajes, la señora de Bardem bien debiera haber contratado a especialistas en trabajos verticales y llevar, como mínimo, un chaleco reflectante si es que lo del casco le parecía excesivo. Menos mal que no tuvo un tropiezo con algún doblez de la alfombra roja, porque un pecho le hubiera podido partir la barbilla. Y es que no lo entiendo ¿Esta mujer acaba de ser madre?¿con ese tipazo? Pues que me perdonen, pero más bien parece que fuera a la clínica a comprarse un Prada y llevara en la tripa durante nueve meses un Luis Voitton ¿Cómo pueden estar tan estupendas después de una gestación y a un mes apenas del parto?¿Es que en lugar de darle el pecho a la niña hacen pilates?¿es que salen del paritorio haciendo abdominales?¿van más al dietista que al pediatra?¿La cesárea incluye liposucción en las clínicas de las famosas? Conozco mujeres que tardan meses, sino años, en revertir el brutal cambio que supone para sus cuerpos un embarazo. En cambio ellas, las de las alfombras y el celuloide, en lugar de parir parece que van a quitarse un grano. Hay algo que nos perdemos ¿no os parece?
MICROS
3 de marzo de 2011
LO QUE DUELE ES...
Seguro que os ha pasado. Y perdonadme el acceso sexista, que lo es, pero si eres mujer es mucho más probable. Vas por la calle o por unas escaleras, ese escalón tonto, ese bordillo hasta entonces invisible que se torna visible en el peor de los momentos, en el más cabrón de ellos, y tu pie, hasta ese instante certero poseedor del don del movimiento, colisiona con una parte y el otro, envidioso, que no sabe si ir o volver, si volver o quedarse allí, se suspende en el aire en espera de acontecimientos; las rodillas que no se enteran ni del nodo embutidas en tu preciosa minifalda, las manos, ágiles, que buscan el mejor lugar del suelo para sostener todo el peso de tu cuerpo, en previsión de una caída. Y pum, la previsión se cumple: caes al suelo. Lo primero que haces, sí o sí, si estas en la calle, es mirar si alguien te ha visto. Si hay alguien, al instante te pones en pie, recompones la figura a una velocidad que ya la quisiera una top de la fasiongüik y continúas caminando, como si nada, con una amplia y fingida sonrisa. A la vuelta de la esquina sí, ahí entonces ya te paras, gritas, te acuerdas de lo más sagrado para destronarlo a blasfemazo limpio y miras si te has hecho daño o lo que sería peor, si la falda o la chaqueta ha sufrido algún daño. Nos ocurre a todos, porque lo que más duele en una caída en la calle es la vergüenza ¿o no?
2 de marzo de 2011
PELIS COLOREADAS
¿Qué ha sido de las películas coloreadas?¿Os acordáis? fue un proyecto estrella de la televisión patria de finales de los ochenta ¡ Qué gran hito poder verle las mejillas sonrojadas a los Capitanes Intrépidos ! Me imagino que estarán todas guardadas en la yogurtera de mi madre, otro gran hito de los avances tecnológicos. Y fue un éxito, hay por ahí artículos que lo certifican, con audiencias del 40 y el 50 %. Recuerdo que yo lo viví con cierta excitación, la misma que tuve cuando empezaron los rumores sobre la segunda parte de "V". Me gustaban mucho las películas del Oeste (curiosa o psicoanalíticamente hoy las odio) así que esperaba poder ver a muchos de mis héroes en blanco y negro con colorines. Pero hay que reconocerlo, sobrepasada la sorpresa inicial de ver a Errol Flyn en color (más o menos) sobre la selva Birmana, aquello era una auténtica chapuza. Los colores eran tan falsos que parecía que hubieras puesto fieltros (sí, fieltro) sobre una televisión en blanco y negro. Quizá por eso no triunfó, o quizá porque la Belén Estaban de turno y las que fueron llegando después le robaron protagonismo. En color o en blanco y negro no hay Sueño eterno que resista las embestidas del corazón catódico, la ponzoña, el grito y el ¡qué te calles Carmele! Aun así ¿qué habrá sido de las películas coloreadas?
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