16 de diciembre de 2007

VAYA SEMANITA


La semana empezó tranquila, la verdad, todavía con los rescoldos de los últimos tropelíos etarras y las corruptelas madrileñas. El martes ya sabíamos que Alonso, el Nano, volvía a Renault, por lo que supongo que más de uno dormiría tranquilo. A mí, la verdad, ni me quitó el sueño antes, ni me lo dio después. Pero portada fue, así que a Fernandito lo que es de Fernandito. Kosovo, al que ahora quieren hacer un estado independiente (que lo mismo le da al Tío Sam por decir lo mismo un día de Cataluña o el País Vasco, vaya usted a saber) también se llevó su porción de pastel de portada. Pero, sin duda, la noticia de la semana, y una vez más por el lado de la sangre, fue el brutal atentado en Argel, que se llevaba la vida de al menos setenta personas. Al Qaeda, con ese humor que la caracteriza, volvió a atentar un Once. Ya lo dije, cachondos que son los del cinturón de explosivos, oiga. Ah, bueno, de ese día nos queda que el congreso vuelve a rechazar la cuarta proposición del PP para anular la habilitación parlamentaria al diálogo con ETA. Que ya les tiene que fastidiar que algo que llevan tan mal esté permitido por el congreso y, por lo tanto, he aquí la cuestión, por su tan adorada constitución. ¿No será al final que la gran mayoría de personas estamos por la labor de acabar con esto aunque sea con el diálogo y las concesiones políticas?. Si es que habría que cobrarles rollalties cuando dijeran aquello de Toda España con la boquita tan llena. Y no me parece mal, vaya por delante, que se utilicen las herramientas que existen para lograr los fines políticos. Es legítimo hacer trabajar al congreso. Algo electoralista, pero legítimo al fin y al cabo, no seamos más papistas que el papa (vaya comparción, por Dios, Larrey...¿otra?). De las noticias del jueves me quedo con la abolición de la pena de muerte por parte de N.Jersey, e invitamos desde aquí y desde otros millones de lugares a que, como nos dice Rafa Leon, cunda el ejemplo en otros estados de África, Asia...y de Marte, si es que vida hubiere, apostillo. Y el jueves Kosovo vuelve a ser portada, con una triste foto en la que dos individuos disfrazados de limpiadores de centrales nucleares trasladan un féretro para llevarlo de un cementerio a otro; y es que parece ser que los muertos nacionalistas siguen dando la lata cuando ya no pueden, lo que no deja de ser paradógico. El viernes nos enteramos de que todavía podemos darle un bofetón a nuestros hijos sin miedo a que nos denuncie. Porque la ONU propuso una prohibición a España que el PP, PNV y CIU se han encargado de frenar. Yo no digo nada, que luego todo se sabe. Y de las anécdotas me quedo con una galimatías en el metro de Nueva York, donde un musulmán defendió a una pareja de judios que estaban sufriendo una agresión por parte de una panda de ultras de cristo. El mundo al revés, no será que los malos, al final, son los de arriba, digo yo, ¿no?. Nos queda el sábado. Evo Morales celebró la victoria de su proyecto (aprobado por el congreso) con un desfile. Ya sé que es solo una tontería, un detalle, pero feo, que al final todos somos iguales, ombliguismo y parafernalia. Nos enteramos también de que Al Qaeda no quiere renunciar a Ceuta a Melilla, lo que de por sí da ya miedo, pero terror da que a estos lo mismo les da por resucitar el espíritu de Boabdil (o como se escriba, que no siempre voy a recurrir al google) y reclamarle a Europa Al Andalus. Me gustó la reunión que hubo en Colombia entre las partes para disfrutar de la destrucción de más de 18.000 armas. ¡ Eso sí que me parece una fiesta y no las Fallas !.
En fin, que al final la vida sigue, que es lo que importa, como la de la niña de apenas 1,3 kilos que fue operada del corazón (como una castaña, decían los médicos). Que bonito es cuando la vida se aferra así a un ser humano.

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