EL ARTISTA, LA PERSONA Y SU OBRA:
Es una pregunta recurrente: ¿puede, o debe, la persona comerse la obra del artista? Por ejemplo, admiras a un pintor, su obra te parece fascinante, descubres que era un pederasta, o un asesino, o un amigo de Hitler...los cuadros ¿dejaron de ser tan excelsos? Creo que lo bueno, y malo, del arte es que tiene un componente subjetivo que nos da a los "clientes" la potestad de tomar este tipo de decisiones. Yo no voy a ver las películas de X porque es Y. Pues bien, es tu trozo de libertad. Que en el camino de pierdes a uno de los mejores directores de su generación, pues esa ya es tu decisión. Nada que ver con la censura, de la que no soy para nada partidario. En ningún rango o nivel cuando se trate de arte, precisamente por eso, porque somos los que degustamos las obras quienes podemos decidir. En mi caso, creo que es muy relevante el peso. Hay un equilibrio. Y con la música tengo el mejor ejemplo. Me gusta mucho en el coche escuchar recopilatorios, los tengo de todos los sabores y colores. Pues cuando en alguno de música española sale alguna canción de Miguel Bosé le doy, siempre, sin excepción, al botón siguiente. No me disgustaba como artista, tampoco se acercó, ni de lejos al panteón de los elegidos, pero estaba en esa inmensa clase media que ni chicha ni limonada, por eso, su negacionismo del sentido común me invita a obviarlo. En cambio, si suena Sabina, disfruto, me deleito. Y tengo quizá más razones para odiarlo, porque se ha pasado al bando enemigo o, como dice un amigo, cómo nos tenía engañados. Pero su obra es tan excelsa, me llena tanto que pienso, ¡que le den a Joaquín! yo no voy a perderme sus canciones, que son la banda sonora de mi vida, porque sea un misógino amante de la tauromaquia. El equilibrio, el peso, es determinante para darle al "next" o no...No es justicia, desde luego, pero no es el arte el mejor campo para buscarla...
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