EL ESCRITOR AUTODIDACTA:
Era
un escritor autodidacta hasta el extremo. Empezó, como casi todos, bailando,
medio en broma, con el teclado, hasta convertirlo en su profesión. Al principio
pocos conocían su secreto, su cojera, así lo llamaba él. Esa incapacidad para
contar historias ajenas no hubiera sido relevante de haber sido, por ejemplo,
médico o bombero. Pero era escritor. Eso le obligaba a vivirlo todo en primera
persona. Primerísima, si estábamos hablando de un futuro premio Planeta.
Solo los lectores más ávidos y adictivos tenían noticias de su dolencia, y no
pasaba de ser una rumorología que creían parte de una estrategia para alimentar
su aura de escritor ermitaño, maldito y de culto. Todo hubiera seguido el mismo
camino de no haber llegado estos rumores hasta la policía y, sobre todo, que su
última novela Cómo matar a tu mejor amigo, jamás la hubiera podido leer
su mejor amigo…
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