La acampada de Sol, en Madrid, que tenía algo tan robinhuniano que a muchos nos ilusionó, está en serios problemas de eternizarse sin remedio. La pregunta es clave ¿ahora qué? No es democrático apostarse en un lugar público y o me dan lo que pido o no me muevo. Sobre todo cuando lo que pides no es tangible al 100%. Me da la impresión de que no lograremos ni un bonito cadáver. Por lo que he podido leer la posibilidad de consenso sobre alternativas a la propia acampada está siendo torpedeada por grupos que uno tiene la sospecha no están ahí construyendo una herramienta para soñar, sino que buscan el más que esperado conflicto con la policía cuando, tarde o temprano, se produzca el desalojo. El gobierno central está actuando con impecable cautela, pero la mitad (sí, la mitad) de la ciudad está totalmente en contra de este movimiento, y más pronto que tarde tendrá que defender también sus derechos levantando el campamento. Es una oportunidad única ésta que no debemos perder. No deberían dejar el sueño en manos de dos grupos violentos (unos con porras y otros sin uniforme), sino dar carpetazo a esta acampada, que ha puesto la raíz de algo que, no solo parece hermoso, sino que se antojaba oportuno, y crear esa herramienta que todos, los que están y los que no estamos, soñamos nos sirva para cambiar las cosas. De no ser así, terminaremos por darle la razón a quienes han visto en este movimiento el inconformismo destructivo de los grupos radicales de siempre. No, "Sol" no era eso, no les hagamos ese favor. Soy escéptico, pero soñar sigue siendo gratis. Y a los que ya sé que me van a reprochar que no estuve ni estoy allí, les diría que cada mañana, cada tarde, cada noche acampo sobre el futuro de mis hijos, construyendo una conciencia de autoestima y respeto que sea el germen de un futuro hecho de personas con herramientas para poder darle la vuelta al mundo. Esa será mi humilde contribución al futuro.
3 de junio de 2011
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3 comentarios:
La credibilidad de este movimiento se perdió a los pocos minutos de que se celebrase la primera asamblea, acordando: expropiaciones de inmuebles sin ocupar o sin vender, papeles para todos y abolición de las fronteras españolas (no sé como se conjuga eso con el deseo de conseguir un trabajo) desvinculación del FMI, mayor presión fiscal a las rentas superiores a 25.000 euros al año etc etc etc.
La única reflexión que cabe es si tras esta demostración de patetismo por parte de "los indignados" queda alguna esperanza de que los auténticos puteados de este país puedan algún día salir a la calle y se les/nos tome en cuenta.
Desde luego el sistema a hecho un gran trabajo con estos chavales... no distinguen lo que significa democracia (en teoría lo que reivindicaban) de lo que se dirime en la urnas.
Como no podía ser de otra forma desde el primer momento cada lobby instaló su tenderete, ya sabemos que para algunos democracia y subvención son sinónimos.
Una pena.
Solo puedo replicarte una cosa (lo demás queda en la visión particular de cada uno) no creo que estemos ni tú ni yo en condiciones de decidir quienes son los verdaderos puteados de este país.
Tu país te putea cuando ganando igual o poco más del salario base necesitas dedicar la totalidad de lo ganado en 20 años para poder tener un techo (en ruinas.)
Cuando se permite que un agricultor se rompa el lomo para cobrar 3 cm el kilo y tú para que coman tus hijos, pagando 100 veces más por ese kilo.
Cuando recurres a la justicia y te das cuenta de que tener razón vale dinero (mucho) eso si no te mueres esperando.
Cuando debes trabajar 7 meses al año solamente para pagar impuestos que fundamentalmente se destinan a sufragar un aparato administrativo inoperante.
Cuando faltan medios esenciales, mientras los politicastros que pisan moqueta solo se conforman con el lujo.
Cuando se permite que el paro sirva de coartada para que los que legislan cierren filas con la patronal y contra el trabajador.
Cuando permitir la entrada de millones de inmigrantes no es más que una super reforma laboral encubierta.
Cuando votar solo sirve para estirar las piernas un domingo cada cuatro años... tantas y tantas cosas.
Quizas no esté en condiciones de decidir quien está o no jodido, pero no creo equivocarme si me arriesgo a señalar a quienes están puteados y a los que putean.
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