3 de octubre de 2007

APAGA LA LUZ, ANDA


ADRIANA: Cuando puedas, todo lo que hay en la silla de ropa es tuyo, guárdala.
ADRIAN: ¿Mío?, vaya, que falda más bonita me he comprado ¿hace juego con la corbata de mañana?.
ADRIANA: Bueno, menos la falda, lo demás es tuyo.
ADRIAN: Pues qué alegría me das, con lo que me gustan a mí los leotardos de rayas, siempre quise tener unos y mira, ya los tengo.
ADRIANA: Los leotardos tampoco.
ADRIAN: Ya, ya, lo demás sí que es mío, y te voy a decir una cosa, tienes razón en lo de que he engordado, porque esta camisetita de tirantes ya no me entra ni de coña.
ADRIANA: Pues vale, no seas pesado, guarda la tuya y ya de paso la pila de periódicos que tenemos en la biblioteca, digo, en el baño, ¿vas a coleccionarlos todos?.
ADRIAN: No, tranquila, haré un montón con las revistas de decoración, las cartas sin abrir, los apuntes que tienes en el salón y los quemaré en una pira en la terraza, ¿te parece?.
ADRIANA: Eres increible, bueno, apaga la luz, anda, que todavía acabamos a gritos.
ADRIAN: Vale, no te enfades y pásame los leotardos, que no quiero que se me olviden mañana.

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