Reconocería su polla sin tan siquiera verla. Lo ha dicho con toda la naturalidad del mundo, apurando el porro con rostro torcido. A su derecha su novio no puede parar la risa. La marihuana y la ocurrencia de su chica han sido demasiado. Llevan toda la noche los seis bebiendo, comiendo y bromeando. Ellos son amigos desde hace décadas y aunque ellas llegaran a cuentagotas, han encajado como piezas necesarias del puzzle. No llegan a la treintena, con trabajos estables y sin cargas familiares, esto es, con tiempo y dinero, son el vivo ejemplo de la cultura del ocio.
El año pasado estuvieron juntos en el Caribe y entre el alcohol y le calor se marcaron algún que otro baile calentito en las habitaciones y en la sauna hubo algo más que caricias de amigos. Pero nunca más hablaron del tema.
Hoy la cosa ha empezado a ponerse seria cuando María ha comentado que las mujeres no son como los hombres, que tienen un rechazo visceral al semejante. Tan seria se ha puesto que ha terminando convenciendo a Lucía de que pusieran, en forma de beso, un ejemplo palpable. El beso, pese a las risas, ha sido largo, intenso y las lenguas han participado más de lo que exigía el guión. Si la nube psicotrópica las invitara a la reflexión reconocerían que las ha excitado. Para María ha sido la primera vez, pero Lucía ya tuvo una aventura hace años que jamás contó a nadie. Los aplausos, los vítores culminaron la escena. Unos minutos después ha llegado la bomba de Lucía. No me lo creo, ha cuestionado Marta, más por morbo que por convencimiento. ¿Tú no reconocerías la mía?, pregunta Paco extrañado. Pues no lo sé. Lucía ha seguido firme en su convencimiento. Estoy segura, podemos probarlo cuando queráis. Quizá en otro momento, en otro lugar, con otras personas esto hubiera provocado risas, estridencias y bromas. Pero la cosa va en serio, y todos lo han entendido así. Es fácil, toma las riendas Marta, vamos a probarlo. Los amigos se miran sorprendidos, incluso Dani, el dueño del objeto a descubrir, está encantado con la idea. Antes de que quieran darse cuenta Marta aparece con una venda. Genial, aplaude Lucia, os lo pienso demostrar. Espera, espera, tercia María, habrá que apostarse algo ¿no? Se me ocurre, continúa, una cosa, si la reconoces habrás ganado, sino tendrás que hacerle una felación a la que hayas fallado. No, no, espera- interrumpe Marta- sea la que sea que termine el trabajo, después descubrirá si ha acertado o no. Los amigos no acaban de creerse la conversación que sobre sus pollas están teniendo sus chicas. En un segundo han organizado el juego. Esperad, no me parece justo, dice Dani, aquí nos la jugamos ella y yo ¿y los demás? Tienes razón, entiende Marta, que está siendo un poco la directora del evento. Tengo una idea, sin que la jugadora se entere, si no acierta otra de nosotras tendrá que hacerle una felación a su chico. Eh, esperad, soy de letras, explica Paco, pero si Lucía se confunde con la de Samu, María ¿se la tendrá que chupar a Dani? Esa es la idea, sentencia Marta. Ya, pues hay dos que no participan. Eso es verdad, aplaude Dani, aquí chupamos todos. Ríen de nuevo. Vale, acepta Marta, démosle una vuelta. Si Lucía acierta con la polla de Dani, cada una se lo hará a su chico y ganará la que antes termine. Y si no acierta, sin poder respetar el orden de parejas habrá que hacer lo mismo y ganará la que antes consiga el orgasmo de su polla. Bien, hay acuerdo, y erección, porque los tres amigos llevan con ella desde que empezaran las negociaciones.
Marta pone la venda a Lucía y comienza el juego. Los chicos se despojan de su ropa y esperan en fila. Hay risas nerviosas, pero también mucha excitación. Lucía se lo toma con calma, primero por el olfato, lo hace con los tres. Ya tiene una candidata, pero antes de lanzarse se cerciora, se las va metiendo una a una en la boca, dejando que sabor la invada. En lugar de mejorar, esto ha empeorado su certeza, todas le parece tuvieran el mismo sabor. Pero ha de decidirse ¿cómo? Se lanza con fuerza sobre la de Paco, el chico de Marta, metiéndosela obscenamente en la boca, agarrándole el culo, moviéndola con certeza con las manos. Marta, superada la punzada absurda, a estas alturas, de celos, busca la de Samuel, que mira a María, su chica, en busca de aceptación, no la encuentra explicita, sino implícita cuando ella se mete en la boca la de Dani, al que le ha durado bien poco la decepción de que su novia no hubiera acertado. Así están las tres, sentadas en el mismo sofá, chupando unas pollas que no son las “suyas” mientras que otras hacen lo propio. Los gemidos, los sonidos guturales, la piel, el calor va creciendo. Paco es el primero en sentir el orgasmo a las puertas, Lucía están siendo muy constante y muy insistente, tanto que la descarga la pilla completamente desprevenida. No se apresura a comprobar si acertó o no, prefiere disfrutar. Y es en ese instante cuando Marta recibe la descarga de Samuel y Dani hace lo propio en la boca de María, con una sorprendente coordinación. Lucía, al quitarse la venda, se siente algo decepcionada, pero le dura poco, María se acerca a ella, con los restos del semen todavía en la boca. Toma, creo que esto es tuyo, y se funden en un húmedo y cálido beso…
Eh, eh, ni de coña, chaval, ni de coña- golpea el escritorio sobre el que su chico tecleaba- vale que me pidieras ayuda para el tema del guión porno que te han pedido, pero no voy a colaborar con esto, ¿quieres darle un toque femenino a la película? Pues hazme caso, esto jamás pasaría…